Más Información
Sheinbaum se reúne con Lemus; “trabajar al estilo jalisco es en coordinación con la federación”, expresa gobernador
Marko Cortés difunde infografía a favor de denominar terroristas a cárteles; el “primer paso es reconocerlo”, dice
Activistas rechazan colocación de cámaras trampa para fauna en Tren Maya; piden retirar mallas metálicas que obstruyen su paso
Revés al INE, juez niega retirar suspensión definitiva a reforma judicial; da 48 horas para acatar sentencia
maria.miranda@eluniversal.com.mx
Con la boca abierta, admirados y maravillados quedaron niños y adultos que acudieron la noche del jueves a presenciar la función de estreno en esta ciudad de Disney on ice (Festival mágico musical”, que se presentará hasta el 29 de enero.
Algunos animosos padres les decían a sus hijos ¡Mira ya salió Ariel, o ya apareció Flyn o Sebastian!, entre otros personajes, de algunos fragmentos de historias como las de los cuentos de La bella y la bestia, La Sirenita, Enredados y Frozen, que aquí se detallaron y que conjuntan este espectáculo del cual los anfitriones son Mickey Mause, Minnie, El Pato Donald y Guffy.
El público fue transportado a adentrarse en estas historias con la magia de las coreografías que incluyeron luces, una gran pista de hielo en la cual se desplazaron desde puentes, que simulaban desde pequeños castillos, otras veces el fondo del mar o grandes montañas y alrededor de 42 patinadores que dejaron su alma en ese escenario, divirtiendo a niños y adultos.
El ballet de esos patinadores y sus canciones, aunado a los recursos tecnológicos, llevó al público hasta el fondo del mar a presenciar la historia de Ariel, luego se transportó a la torre de enredados con Rapunzel. En la segunda parte se llevó al público al “congelador” con Frozen, que hizo llover nieve. Tampoco faltó la historia de La bella y la bestia”, quien utilizando recursos humanos llevó al candelabro, el reloj, la tetera y la tacita a deslumbrar con su simpatía a los ahí presentes
Al principio parecía que no se llenaba el gran escenario de la Arena Ciudad de México, pero de repente como por arte de magia casi se llenó, aunque quedaron algunos huecos.