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aridiana.banos@eluniversal.com.mx
Sentados alrededor de una sencilla mesa, pero con deliciosos platillos y vino para brindar, María Rojo, Rosita Pelayo, Juan Ferrara y Alejandro Suárez, el elenco de la obra Made in México, se dan un tiempo antes de ofrecer las últimas funciones de 2016 y brindar y desearse lo mejor para Año Nuevo.
“No sufrimos tanto los actores, no es para tanto”, expresa Juan Ferrara respecto a trabajar en fechas tan familiares como el Año Nuevo.
Rosita Pelayo también ve el vaso medio lleno en esto. “Qué bueno que todo mundo trabaje, hay gente trabajando en las cenas de fin de año y ganando dinero, bendito sea Dios”.
María Rojo comenta que ella sí ha pasado muchos 31 de diciembre fuera de casa, ya que es muy común que haya trabajo en estas fechas, sobre todo en el cine porque cuando están en rodaje no paran los rodajes por las fiestas de fin de año y la gran mayoría de veces no hay posibilidad de llevar a la familia con ellos.
“Va uno a trabajar, no a chacotear”, dice Rosita Pelayo, “uno está acostumbrado a trabajar cuando ustedes descansan”.
Pero Juan Ferrara reconoce que hay algo peor que trabajar en Navidad o Año Nuevo: hacerlo en una playa y ver cómo los demás descansan en shorts. “Tú tienes que estar vestido no sé cuánto y te pasas nueve horas escuchando las estupideces de los actores, para mí es peor eso, porque llega a ser un mes seguido”.
Para ellos Made in México los hace recordar a todas las personas o familias que están lejos de los suyos en estas fechas, porque tuvieron que emigrar a otro país buscando un futuro mejor, tal y como lo hicieron Osvaldo y Marisela, protagonistas de esta historia, quienes regresan a su tierra natal 30 años después para reencontrarse con sus recuerdos, pero también con El Negro y La Yoli, quienes viven al día con el sueldo de él como mecánico.
“A Osvaldo (Juan Ferrara) le va bien porque es profesor de Harvard, pero nuestra migración no son profesores de Harvard, van a la pisca, al trabajo, son maltratados, son mal pagados para lo que se paga en Estado Unidos, y la Yoli, mi personaje, dice: ojalá nadie se tuviera que ir”, explica María Rojo.
“Pienso que es la obra más actual que hay ahorita en México, por lo de Trump y Estados Unidos; esta obra está tocando este tema”, agrega Alejandro Suárez.
Ferrara resaltó que hay muchas cosas en México por las que hay que ser felices: su cocina, el clima y el sentido del humor de su gente. Por eso Rosita Pelayo considera que hay sólo un par de cosas para pedir cuando suenen las 12 campanadas: “salud y trabajo, con eso la pasamos muy bien”.