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cristina.pineda@eluniversal.com.mx
Vicente Fernández afirmó que Hillary Clinton se lo ganó con su cariño, su modestia y su modo de ser, por lo que sería lindo poder saludarla después de que llegue a la presidencia de Estados Unidos.
“No es que me prometiera algo. Yo le dije lo que me salió del corazón, que le encargaba a mi pueblo, a mis hermanos mexicanos y latinos”, expresó en una conferencia de prensa en la Arena VFG, en Guadalajara.
De esta manera confió en que los resultados de las elecciones que se celebraron ayer sean favorecedores para ella y no para el candidato republicano Donald Trump.
“(Él) no va a ganar. Dios es muy grande y no permite que un loco como él maneje no sólo a Estados Unidos sino a todo el mundo porque es capaz de provocar una guerra mundial; Dios nos libre gane las elecciones, va adelante Hillary y estoy seguro primeramente Dios que gane Hillary”.
El Charro de Huentitán mostró su apoyo al grabar la canción “El corrido de Hillary Clinton” por amor a su público hispano en Estados Unidos y sin fines de lucro a raíz de una invitación de parte de Clinton.
“La canción no la hice yo, sí di el mensaje. Cuando lo oyó ella inmediatamente me invitó a que fuera ahí con ella, eso fue un orgullo grande. Fui claro al demostrar que no estaba de acuerdo (con Trump), a defender a mi raza, a mis mexicanos y latinos que radican allá; cuando ese idiota viejo, león de melena amarilla, vea cómo batalla la gente y muchos pierden la vida para llegar y los devuelven sin alguien darles agua, es cruel. Los países no deberían tener ni puertas, ni rejas, ni muros”, argumentó.
El cantante negó que desee un puesto político ni en Estados Unidos ni en México, como ha escuchado decir. A su vez dijo que ni él ni Alejandro Fernández tienen la ciudadanía estadounidense para votar en las elecciones, aunque quienes tuvieron que arreglar papeles fueron sus nietos, pero fuera de ellos nadie más en su familia.
Su despedida. Vicente se retiró como fue su sueño: entero. Tras 50 años de carrera y más de 70 millones de álbumes vendidos alrededor del mundo recibió por parte de su disquera un disco de platino más oro por superar las 90 mil copias de su concierto en vivo Un azteca en el Azteca.
Luciendo un traje gris, camisa azul y corbata brillante se dijo bien de salud, incluso de las molestias que tenía en la espalda baja. “Mientras camine estoy vivo”, aseguró.
Ahora disfruta como nunca los domingos familiares en compañía de sus 11 nietos, despertar a las mañanas para ver si una yegua o una vaca parió y ya no sale de su rancho.
Vicente se sabe como la única leyenda mexicana con vida, lo cual considera una gran responsabilidad. “Yo no sabía que se me iban a ir dos gentes tan valiosas, una que quería muchísimo que era Joan, el otro que no nos queríamos mucho (Juan Gabriel), pero como seres humanos me dolió igual que cualquiera de mis compañeros; sin embargo, volver a los escenarios sería faltar a mi palabra y aunque quisiera cambiar de opinión no puedo”.
“Nadie somos eternos”, refiere al recordar la muerte de Joan Sebastian, noticia de la que se enteró después que lo operaron de una hernia y en un día donde lo esperaba en su rancho para comer.
Con Juan Gabriel había arreglado sus diferencias, pues el Divo de Juárez le mandó un video para que lo acompañara a cantar en el álbum Los Dúo. “Cuando comenzamos (la carrera) me mandó una canción y voy con Gilberto Parra y me dice no, te salas. Yo le decía que tenía que grabar canciones buenas sean de quién sean y la canción era ‘Se me olvidó otra vez’. No me dejó grabarla y Yolanda del Río fue la que la hizo; Juan Gabriel se sintió conmigo y con toda razón, por eso había esa separación, yo no tuve la culpa”.
La mayor satisfacción que se lleva de esta larga trayectoria es que su público le regale cariño y lo que más extraña son los aplausos.
“Quiero que me recuerden como un ser humano cuyo único éxito fue que lo quisieran tanto”.
Por ello pide que cuando llegue su hora le dieran un adiós normal. “Nomás que no me traigan vendiendo charamuscas por todo el país dentro de un cajón, eso no me gustaría”.
