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El mundo de Miguel Bosé resumido en un escenario. Antes de que empiece el show, uno se sienta a unos 10 metros de distancia y mira las lámparas, los adornos y los instrumentos que habrán de sonar en nuevas versiones las viejas canciones del español.

Se escucha el “ya estamos listos” y las luces se apagan. Las cámaras toman su sitio y empieza a sonar la música de caminata sexy. “Nena” suena y aparece Miguel Bosé.

De elegante negro y ya sin cabellera larga, el cantante camina sobre la pasarela y le baila a sus fanáticos, quienes se emocionan y le aplauden.

Ellos y él ahora forman parte de la historia, porque usualmente los MTV Unplugged significan un éxito para los artistas; incluso Bosé lo sabe bien.

“Muchos me preguntaron que cuando lo hacía. Y las cosas tienen que estar maduras para que sucedan, también será porque ya estoy viejo”, dice con encanto.

Sin embargo, el intérprete de “Diablo” y “Aire”, reconoció que parte del sonido electrónico que sus canciones han tenido era una cosa fácil de adecuar a la parte acústica que requiere el desenchufado.

Además de cantar y de luchar contra la molestia entre su garganta, Miguel Bosé fue chuleado y apapachado por sus amigos, sus hermanos, sus cómplices.

Juanes, Ximena Sariñana, Sasha Sokol, Pablo Alborán, Benny Ibarra, Fonseca y hasta Marco Antonio Solís fueron algunos de los que se sentaron en el banquillo para compartir letras, historias y recuerdos.

Ellos eran acompañados de los susurros, de los gritos y las muestras de emoción del público que asistió al ensayo de lo que se grabó ayer por la noche en los foros de Azteca Novelas.

Para los seguidores apasionados del español las canciones elegidas para el programa no fueron suficientes. Temas como “Bambú”, “Si tu no vuelves” y “Te amaré”, entre otros, se podrán ver en el programa que se grabó anoche y que aún tiene pendiente su fecha de estreno.

Bosé cuenta anéctodas, le echa flores a sus invitados y es perfeccionista. Da indicaciones, pide cosas, espera a que todos estén listos. Agradece a sus músicos y a sus “conejillos de indias” de esa noche.

Bosé está emocionado, tanto que canta una canción que escribió para sus hijos, la cual representa la promesa de estar siempre ahí para ellos. Al final, el español dice inspirado: “Te amaré”, al tiempo que cierra los ojos.

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