Más Información
Máynez se suma a las comparaciones de Rosario Piedra con Marilyn Cote; “ambas engañaron a México", señala
Sheinbaum se posiciona sobre iniciativa que busca regular contenido de influencers; “Yo creo en la libertad de expresión", dice
Pedro Haces justifica uso de helicóptero privado de Ricardo Monreal; “quien trabaja anda en cielo, mar y tierra”, dice
Sheinbaum recibe en Palacio Nacional a legisladores de Morena y aliados; “voy a darles un aplauso por todo su trabajo”, dice
cristina.pineda@eluniversal.com.mx
A Alejandro Sanz lo afectó la altura de la ciudad de México en el primero de cuatro conciertos dentro de su gira Sirope en el Auditorio Nacional, donde despertó el júbilo y la emoción de los fans a cada minuto.
“Me quedé sin voz México pero el corazón lo tengo intacto. ¡Arriba México!”, gritó cerca del final del show.
Puntual a su cita salió al escenario a las 20:33 horas para empezar su repertorio con “El silencio de los cuervos”. En una producción que incluyó una pantalla grande al fondo más dos a los lados y arriba algunas barras luminosas que se movían para armar figuras, Alejandro se acompañó de siete músicos y dos coristas.
Con guitarra en mano se paseó de un lado a otro arrebatando los gritos de los casi 10 mil asistentes. Su vestuario casual de pantalón de mezclilla y saco negro enamoró a sus fans, mientras tanto el cantante español entonó “A mí no me importa” y “No madura el coco”.
“Buenas noches, México. ¿Cómo están?, ¡qué alegría verles de verdad! Hoy estaba viendo afuera que tienen nuestra foto en los pasillos de lo que actuamos, 47 veces. Hay alguno que ha estado muchas más veces, pero para mí una por una son inolvidables. Este es su concierto, ojalá lo disfruten y vamos a hacer todo para que así sea: canten, bailen y si se tienen que besar se besan, hagan lo que quieran. A la salud de ustedes”, saludó poco antes de la coreada “Desde cuando”.
Así, el cantante hizo una pausa para que sonaran los acordes de “Quisiera ser”, con los que hizo un retroceso varios años en su carrera, levantó suspiros y se acercó a tomar las manos de algunos de sus fanáticos.
Como una voz se escuchó “No me compares” y un medley que incluyó “Amiga mía”, “Mi soledad y yo” y también “Y si fuera ella”.
Los gritos de “guapo” no se hicieron esperar, pero el momento romántico continuó con “Mi marciana”. “Les quiero pedir disculpas me ha pegado poquito la altura pero aquí sigo hasta donde llegue”, expresó al bromear sobre el tema y “Corazón partío”, un clásico en su carrera, el cual dijo escribió hace tres semanas.
De su último disco interpretó “Un zombie a la intemperie”, seguida por éxitos como “Looking for paradise” y “No es lo mismo”, con las cuales se despidió y recordó su primer viaje de promoción a la ciudad de Los Ángeles, donde no le fue bien pero se reconfortó en México, que le abrió los brazos en lo que describió como una especie de flechazo que no olvidará nunca.
“Me hubiera gustado estar al 100% y darles más pero no se pudo eso, me siento frustrado, pero siempre voy a estar agradecido con este país”, argumentó. “Lo siento mucho”, indicó al tocar su garganta y dejar cantar a su público e incluso alguien de su staff se sumó a los coros.
Los aplausos no cesaron por parte del público que lo aclamaba y ante los gritos por otra canción regresó una vez más a escena con “Viviendo de prisa” y cerró con una versión semi electrónica de “Pisando fuerte”, tomando una bandera mexicana de entre el público, la cual alzó para finalizar a las 22:10 horas, incluso saltándose algunas canciones que inicialmente había incluido en su setlist.