Entrevistar a La Mars parecía una buena idea. Primero se convirtió en un fenómeno en redes sociales gracias a un video en el que, con argumentos sólidos, hizo pomada al sistema educativo nacional y justificó su decisión de dejar la preparatoria para formarse en la universidad de la vida.
El argumento, condensado, señalaba la incapacidad de la educación formal para garantizar mínimos de bienestar a los jóvenes de hoy.
“Estoy hasta la madre del pinche sistema pendejo retrógrada (sic), en el que hemos estado sumergidos por toda nuestra vida”, dijo la adolescente en el material que se hizo viral.
El video y la postura de La Mars le generaron hordas de admiradores, pero también legiones de críticos.
Luego, en un nuevo video, la joven volvió a agitar las redes al ejecutar el reto del condón, que consiste en introducir un extremo de un preservativo extendido por uno de los orificios nasales para luego extraerlo por la boca.
La proeza nuevamente generó reacciones. Buenas y malas... más malas que buenas. Probablemente por eso, la bloguera Tamara de Anda encontró oportuno dedicar una de las entradas de su espacio en EL UNIVERSAL a defender a La Mars , nacida Marcela Aguirre hace 16 años.
En esencia, De Anda se declaró fan de la chica.
“Estoy muy de acuerdo con ella –escribió De Anda–. A menos que vayas a una escuela muuuUuuUUuuUUy chingona, la educación previa a la universidad, apesta… Así que ahora me sorprende ver a la banda superadoctrinada llorarle a la pinche escuela...”.
“Por eso, doble mérito a La Mars. Aun sabiendo que la gente no iba a estar de acuerdo con ella, de ser perfectamente consciente de que estaba hablando de un TEMA PROHIBIDO, se plantó frente a la cámara y dijo lo que pensaba con una elocuencia y un carisma que nuestros políticos de popó envidiarían”, agregó De Anda.
Por todo lo anterior era buena idea entrevistar a La Mars. Y empezamos a buscarla para pedirle una cita.
La solicitud se envió a un correo de contacto, no a un mail personal. La respuesta tardó un poco y no fue un sí o un no tradicionales, sino un amable saludo acompañado de una cotización.
¿Cotización? Sí, si queríamos hablar con La Mars, teníamos que pagar.
¿Cuánto? Como dice Jarabe de Palo, ‘depende’.
- 2,000 pesos, si la entrevista se hacía por teléfono y duraba cinco minutos.
- 3,500 pesos, si duraba cinco minutos y se hacía a través de una videollamada.
- 5,000 pesos, si respondía a las preguntas en video y la sesión duraba entre 5 y 8 minutos y,
- 5,000 pesos también, por un conversación en persona de cinco minutos.
Sí, cinco mil pesos por cinco minutos de una charla cara a cara con la Mars.
En todos los casos, los temas a tratar, incluso las preguntas, tendrían que enviarse por anticipado.
Y si la “figura pública”, decía el correo con la cotización, tuviera que trasladarse a la ciudad de México, por ejemplo, para hacer la entrevista en la redacción del diario, se tendrían que comprar dos boletos de avión (viaje redondo) y asegurar alojamiento en un hotel de 4 estrellas.
Así, por solo una cotización, entrevistar a La Mars dejó de ser buena idea. Y esa idea que antes era buena terminó siendo sustituida por una pregunta, ¿qué tendrán las respuestas que puede dar La Mars como para que cobre por darlas?
Ahora lo que nos parece buena idea es entrevistar a quien entreviste a La Mars.
Periodistas de EL UNIVERSAL han entrevistado recientemente, por mencionar a algunos, al Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, al maestro del misterio Don Winslow, al impresionante arquitecto y escultor Pedro Reyes, al maestro Francisco Toledo, e incluso a la escultural Salma Hayek.
Futbolistas, cantantes, científicos inmejorables, héroes urbanos, asesinos, vendedores ambulantes, pasajeros del metro y hasta… sí, hasta Callo de Hacha han estado entre sus entrevistados.
Y ninguno mandó cotización antes.