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aridiana.banos@eluniversal.com.mx
La conductora Claudia Lizaldi considera que no es perfecta, incluso si se tuviera que calificar se daría un 8, porque lo que persigue es tener una vida plena, que poco tiene que ver con aquello que pueda dar el dinero o la fama, sino con lo que se consigue con el trabajo hacía el interior.
“Nunca me he considerado un 10, me considero una persona feliz, creo que se nos va la vida queriendo ser un 10 y un día mueres sin disfrutar. Muchas veces yo no voy a premieres o alfombras rojas, porque prefiero quedarme con mis hijos a jugar y sé que eso tiene un costo, sé que soy un 8 y me encanta mi vida, porque está vivida de verdad”.
Aún así ella tiene que hacer malavares todos los días para conciliar su faceta de mamá, esposa, empresaria, escritora, actriz, activista y hasta compañera de aprendizaje de muchas mamás, a través de su sitio de internet Mamá Natural. Pero Claudia confiesa que a pesar de que pone todo su empeño, a veces siente que falla en alguna de ellas.
“Yo creo que siempre sientes que fallas, que de repente somos muy duras con nosotras mismas y queremos cumplir con todo desde la perfección; me sigue pasando que siento que fallo, que no estoy o no hago lo suficiente, pero me vuelvo a recordar a mí misma que no se trata de perfección, se trata de vivir una vida de felicidad”.
Pero para salir avante la también conductora debe priorizar las cosas, y ha dicho que lo más importante en este momento son sus hijos, Iam y Elah, por quienes ha tenido que renunciar a diversos proyectos o a estar constantemente en pantalla con tal de estar con ellos mientras crecen, y hasta el momento está satisfecha con su trabajo como madre.
“Veo en Iam un hombre de paz, que ve las cosas desde el equilibrio y el balance, me siento muy orgullosa del niño que es, a sus casi siete años veo que hemos criado un ser equilibrado y que no se deja manipular. Elah es súper voluntoriosa y me encanta, tiene un carácter muy fuerte, sólo quiero proteger esa fuerza en ella, porque siento que en este mundo ser una mujer fuerte te va a ayudar a llegar lejos, pero que también pueda mediarse y medirse”.
A partir de su maternidad Claudia ha abrazado algunas causas, como el promover la lactancia o una vida más sana para la familia, actitud que, dice, le ha traído muchas críticas, pero que también la ha llevado a estar un lugar privilegiado.
“Creo que tengo una imagen bastante limpia porque soy congruente, yo digo algo y lo hago, lo digo porque verdaderamente lo pienso, no estoy buscando decir las cosas por quedar bien. Como figura pública lo que importa es la congruencia y no clavarte en historias. Mil veces me han señalado de falsa, de exagerada o sobreactuada, y está bien, porque hay quien no va a empatizar con un estilo de vida feliz, porque no lo ha vivido”.
Parte importante de este equilibrio que ha alcanzado, tanto familiar como personal, Claudia reconoce que se lo debe a su esposo Eamonn. “He llegado muy lejos gracias a él”.