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Gracias a su imagen rotunda, el de una mujer de 1.78 de altura, rasgos andróginos y gusto por lo colorido, Bimba Bosé tuvo una exitosa carrera de modelo que la llevó a desfilar en Madrid, Milán o Nueva York y posar para Mario Testino y Steven Meisel en revistas como Vogue o Harper’s Bazaar. Su muerte ayer por cáncer provocó una conmoción tanto en la moda como la música y el activismo contra el cáncer, causa con la que se identificó desde que le diagnosticaron la enfermedad en 2014.

Su amigo el diseñador David Delfín, con el que formó una de las duplas más icónicas de la moda española, también fue diagnosticado con tres tumores cerebrales el pasado año, uno de ellos inoperable. En una entrevista con el diario ABC en junio, Bosé declaró que los dos estaban “unidos hasta en la enfermedad” y se mostraba esperanzada por superar el cáncer.

“La verdad es que los dos somos muy optimistas y creo que es así como hay que vivirlo, es algo más en la vida y se trata de aceptarlo y asumirlo”.

Bosé fue la estrella del último desfile de Delfín en la pasarela Mercedes Benz Fashion Week Madrid en febrero de 2016. “Es más que mi musa, es mi todo”, dijo de ella el diseñador.

Bimba Bosé nació en Roma en 1975, hija de Lucía Dominguín y nieta del torero Luis Miguel Dominguín y de la actriz Lucía Bosé. Su nombre legal era Eleonora Salvatore, pero en privado y en público se la conocía como Bimba, “niña” en italiano.

Desde pequeña recibió la influencia artística del clan Dominguín-Bosé. Junto con su actividad de modelo, hizo incursiones en cine y televisión y desarrolló una carrera paralela en el mundo de la música.

En 2007 participó en el disco Papito de su tío Miguel Bosé, interpretando a dúo la canción “Como un lobo”. En 2008 fundó el grupo The Cabriolets junto a su entonces marido, Diego Postigo, con el que mantuvo una buena relación tras su divorcio.

Hasta pocos meses antes de su muerte, continuó actuando de DJ junto a su actual pareja, Charlie Centa.

La enfermedad obligó a Bimba Bosé a ralentizar su ritmo de vida y se retiró a vivir en el campo en una región del sur de España.

“Ahora me organizo mejor, pienso en que mi futuro y el de mis hijas tiene que estar asegurado, me enfrento a la vida de una manera más realista. No dejo de soñar, pero sin ser tan radical, sin boicotearme a mí misma”, declaraba en una entrevista a SMODA en el año 2015.

Carrera. En 2009 grabó su primer disco, Demo, en Nueva York a las órdenes del productor Andrés Levín. Esa fue su primera incursión en el mundo de la música pero desde entonces sus actividades fueron diversas.

Entre su filmografía se encuentran las películas El cónsul de Sodoma (2010), de Sigfrid Monleón; el cortometraje Run a way (2012), de Diego Postigo; Julieta (2016), de Pedro Almodóvar, y la serie de televisión La que se avecina (2014).

En 2011 fue una de las cuatro españolas que participaron en el Calendario Harpers Bazaar y Swarovski 2012.

La modelo residió durante años en la ciudad Nueva York y desfiló para destacados diseñadores como Gucci y David Delfín, así como para la prestigiosa revista Vogue.

Desde hace dos años, se convirtió en un referente de la lucha contra el cáncer por su vocación de hablar públicamente de su padecimiento.

Además, nunca intentó ocultar las consecuencias de su enfermedad.

Ayer, Ana González responsable del departamento de Psicooncología de la Asociación Española contra el Cáncer de Madrid, dijo a El País:

“Su ejemplo nos resulta fundamental, porque gracias a personas como ella somos mucho más conscientes de lo que supone el cáncer. Los enfermos tienden a sentirse identificados con quienes lo hacen público, en que es algo que le puede pasar a cualquiera, que nadie está exento de la enfermedad. Y de esa forma no se siente solos”.

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