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Los últimos 15 años han sido los más productivos en la vida de Joaquín Cosío, cinematográficamente hablando.

En ese tiempo ha realizado aproximadamente 40 largometrajes, algunos de comedia, otros más de denuncia política y social, algunos infantiles y muchos más de corte independiente.

De todos sus largometrajes, casi la cuarta parte —unos nueve— han sido con manufactura estadounidense, algo que lo tiene bastante satisfecho, pues afirmó que jamás ha buscado un crossover ni mucho menos conquistar Hollywood.

“Por fortuna nunca he buscado proyectos en Estados Unidos, la verdad no me atrevo a pedir trabajo allá porque mi inglés es pésimo, así que si los buscara, me correrían, mejor espero a que me llamen, por fortuna me han llegado muchos proyectos”, dijo Cosío.

El histrión, quien actualmente se encuentra grabando la serie Blue Demond, llega hoy al Auditorio Nacional para competir por un Ariel en la categoría de Mejor coactuación masculina por su trabajo en la cinta La delgada línea amarilla.

Labor que tras el gran reconocimiento que ha cobrado en festivales, espera tenga una gran corrida en cines comerciales, esperando que las etiquetas entre cine independiente o de autor y cine comercial se eliminen.

“Nuestra aspiración como personas que estamos metidas en el cine es que queremos que la mayoría de las películas que hacemos sean vistas por la mayor cantidad de personas posibles, no estoy peleado con las etiquetas de cine comercial, pues si eso ayuda a que se difunda está perfecto”, explicó.

Aunque Joaquín señaló que aunque el tema del que habla La delgada línea amarilla puede ser fuerte o incisivo, pues refleja una realidad que sucede en México, eso no le resta la posibilidad que tiene la película de ser taquillera.

El filme narra la aventura de cinco hombres que son contratados para pintar la línea divisoria de una carretera secundaria que conecta dos pueblos de México. A bordo de una vieja camioneta, inician el trabajo de más de 200 kilómetros.

“Sin proponérselo, en este trabajo entenderán que existe una delgada línea entre el bien y el mal, entre la risa y el llanto, entre la vida y la muerte. Es una anécdota plasmada de rectas, curvas y baches, como la vida misma”, explicó Joaquín de la cinta nominada a 14 estatuillas, entre ellas a Película.

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