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cesar.huerta@eluniversal.com.mx
Ya fue Gatúbela en la saga cinematográfica Batman y la 99 en el Súper Agente 86, así que ser un Kaijú destruyendo ciudades no podía perderlo Anne Hathaway.
La actriz protagoniza Colossal, ella es un monstruo, bajo la dirección del español Nacho Vigalondo (Los cronocrímenes y Open window).
La historia arranca un día que su personaje, tras perder trabajo y novio, abandona Nueva York para refugiarse en un pequelo pueblo.
Un día descubre, sorprendida, que su mente está relacionada con un monstruo que está acabando con Seúl, capital de Corea del Sur.
“Era una idea que estaba en el cajón desde hace tiempo”, dice Vigalondo, vía telefónica desde Madrid.
“Pero fue hasta que encontré a Gloria (Hathaway) fue que se redefinió todo y sabiendo que era una película de violencia para todos, de ella como personaje por lo que vive, por el origen de donde viene”, señala.
Además, el embarazo de la actriz ayudó. Por su estado de ánimo se encontraba con toda la energía y si tenía que llorar lo hacía sin problema.
“Todo el elenco ayudó mucho”, comenta el realizador.
Hablada en inglés, el idioma no le significó gran problema a Vigalondo, aunque hacia el final de un día cansado, sí terminaba con mímica.
“Se resiente cuando es agotador, pero un director se enfrenta a una travesía en el desierto y uno tiene que jugar a eso”, apunta.
Para el monstruo se pensó en un diseño original, pero respetando a los kaiju, definición que se le da en Japón a los entes colosales.
“Soy escenas muy divertidas para escribir, pero laborar no es lo mismo”, refiere riendo Gabilondo.
“No es lo mismo estar en la cámara con el textil (la figura), pero no fue difícil, sé que hay directores que ven los efectos hasta que estrenan la película (risas) y yo he tenido la oportunidad de ir al proceso, hacer películas a esta escala es interesante”, comenta.
Colossal, ella es un monstruo, llega con el antecedente de premios en los festivales fílmicos de Austin y Club’s the lost weeken.