En menos de tres años, Chris Pratt ha pasado de ser un actor relativamente conocido a ser un astro del cine con todas las de la ley, con papeles estelares en tres de las franquicias de Hollywood más prometedoras: Guardians of the Galaxy, Jurassic World y The Lego Movie.
Con ingresos de taquilla globales que rondan los 2 mil 900 millones de dólares, los tres filmes superaron por mucho las expectativas y llevaron a planes de secuelas.
Pratt actualmente está ocupado promocionando Guardians of the Galaxy Vol. 2, que se estrena el 5 de mayo; terminando sus escenas para Avengers: Infinity War, preparándose para la secuela de Jurassic World y vislumbrando Guardians of the Galaxy Vol. 3 en el horizonte.
Para el actor de 37 años, esto no podría haber llegado en un mejor momento. No hace mucho Pratt y su esposa, la actriz de Mom, Anna Faris, tenían más libertad con sus opciones.
"La primera parte de nuestra relación pusimos nuestras carreras primero", dijo Pratt. "Decíamos, 'Cariño, si tú consigues un trabajo y tienes que irte seis meses a Estambul, te vas. Yo te ayudo a empacar, hablaremos por Skype todos los días. Estás viviendo tu sueño, yo estoy viviendo mi sueño, es lo que hacemos'''.
Ahora que también tienen que considerar a su hijo de 4 años, Jack, tener el control de los próximos años les resulta de gran utilidad: pueden planificar dónde estarán mes a mes y decidir qué trabajos tienen sentido, un lujo inusual en el caprichoso mundo de la actuación. También significa que tiene que decir mucho que no.
"No hay ningún papel grande que Chris no decline porque no hay nadie que no quiera a Chris en su película, realmente es el astro del cine más grande del mundo en este momento", dijo el director de Guardians, James Gunn. "Él no va a decirlo, pero es la verdad. Puede hacer lo que desee".
Pratt tiene ambiciones fuera del género de los blockbusters. Escribió un guion (no necesariamente para consumo público) y le gustaría eventualmente dirigir algo que haya escrito. Una de sus metas, contar historias sobre los estadounidenses de clase trabajadora, lo metió en ciertos problemas recientemente luego que le dijo a la revista Men's Fitness que piensa que ese segmento está infrarrepresentado en las películas de Hollywood. Los titulares y tuits mordaces de muchos que se preguntaban por qué un hombre blanco pensaba eso no tardaron en llegar.
Poco después el actor tuiteó que fue "bastante estúpido decir eso". Pratt es una de esas personas que solo quieren hacer que quienes lo rodean estén felices y cómodos, ya sea en el estudio o en Twitter.
Antes de que explotara la controversia, Pratt dijo que una de sus virtudes era poder llegar a una situación con "una actitud contagiosa digna de atrapar".
Pratt tiene la frescura de alguien que está orgulloso de su más reciente trabajo y se siente cómodo bajo la luz de los reflectores. La película sobre desadaptados intergalácticos de Marvel también fue alguna vez una perdedora esperada que superó las expectativas cuando se estrenó en el 2014, y cuya secuela podría sorprender al público por su toque emocional.
Para el personaje de Pratt, el pícaro Star Lord/Peter Quill, esto significa conocer por primera vez a su verdadero padre, Ego (Kurt Russell), mientras considera el amor duro que le dio su figura paterna de facto, Yondu (Michael Rooker), alguien que de hecho le recuerda a su propio papá.
En sus 17 años de trayectoria en el cine y la televisión, Pratt ha incursionado en distintos géneros que le han permitido pulir su arte. Ha hecho series de comedia, comedias románticas, dramas deportivos, cintas independientes futuristas, relatos de rupturas, películas de guerra, cintas de horror para adolescentes, westerns, romances espaciales, cintas de acción espaciales y aventuras con dinosaurios. Ha trabajado con directores y guionistas de la talla de Kathryn Bigelow y Spike Jonze, Aaron Sorkin y Diablo Cody. Incluso Guardians of the Galaxy Vol. 2, que podría desestimarse fácilmente como otra película de superhéroes, cae en distintos géneros: aventura, ópera espacial, comedia, melodrama familiar.
Y aunque últimamente Pratt ha tenido que decir más no que sí, de momento no se arrepiente de nada.
"Solo extraño ir de pesca", dice riendo.
nrv