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Un niño corta cartucho con una pistola de juguete, algo normal para él sin haber visto series policiacas o películas de guerra.
Su vida ha estado marcada por asesinatos y desapariciones en el pueblo donde radica.
“Es una reflexión sobre cuál va a ser el futuro de esos niños que crecen en la violencia”, señala del otro lado del auricular Ludovic Bonleux.
Quien habla trabaja desde 2002 enfocando su lente en los movimientos sociales y derechos humanos en Guerrero.
Pero hace tres años comenzó su nueva producción, titulada Guerrero, en donde se ve a ese niño cortando cartucho.
El trabajo forma parte de la Gira de Documentales Ambulante, presentándose el jueves en el Cinépolis Diana, con la presencia de Bonleux.
“Cuando pasó lo de Ayotzinapa (normalistas desaparecidos) quise enfocarme en las consecuencia en el pueblo guerrerense, en el trabajo de tres activistas y sin hacer una geografía de lo social, sino un retrato a dirios con sus dudas, sus riesgos.
“Creo es mostrar la esperanza que da la dignidad de alguien que decide no callarse y que, a pesar todo, hacen algo en común”, detalla.
Para su realización echó mano de las dos formas de hacer un documental: utilizando la cámara sólo para captar lo que pasaba y, al mismo tiempo, influir en algunas puestas en escena.
“Considero más mi trabajo como cine de lo real, no tanto periodístico, en el sentido de que asumo mi subjetividad, no estoy tan enfocado en los hechos, por ejemplo, hay momentos en que las personas dicen algo y no lo verifico, yo sólo pongo eso para que alguien más lo vaya a ver”, detalla.