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cesar.huerta@eluniversal.com.mx
Rodrigo Prieto, cinefotógrafo mexicano radicado en Estados Unidos y nominado al Oscar por su trabajo en Silence, de próximo estreno en México, acepta sentir náuseas con el actual ambiente político en ese país, pero tiene la esperanza de que todo cambie.
“Es un momento complicado, difícil, y a veces me dan náuseas las noticias y a veces dan miedo también, pero realmente tengo esperanzas de que esto es algo que tiene que pasar porque el hecho de que haya ganado Trump significa que hay un grupo grande de gente que quiere eso. Pero espero que todo regrese al centro, porque ahora estamos viviendo en un momento como de locura.
“Muchos conocidos decían que habíamos de irnos de Estados Unidos, pero yo creo que no, que desde dentro con compasión y viviendo nosotros el amor y la tolerancia, influiremos en nuestro círculo y quizá eso, vaya expandiéndose”, considera Prieto, quien vive en aquel país desde hace más de una década y ha trabajado con cineastas como Oliver Stone en la película Alexander.
Ahora, Prieto buscará por segunda ocasión el Oscar, luego de que en 2006 fue nominado por Secreto en la montaña y, hace unas semanas, por la cinta Silence, para la cual iluminó con velas algunas escenas y usó el 35 mm para exteriores.
En la nueva película donde hizo mancuerna con el cineasta Martin Scorsese, se cuenta la persecución de dos religiosos cristianos por parte de los japoneses.
La semana pasada, el egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica perdió ante Greig Fraser (Lion) el galardón que anualmente otorga la ASC, sociedad de cinefotógrafos de Estados Unidos.
“Antes que nada debo decir que la película Lion está muy bien fotografiada y que hayan tomado una foto no espectacular (como ganadora), que no se nota, es maravilloso.
“Ahora, los que votan para el Oscar son todos, no solamente de la asociación y depende de muchas cosas, como el ambiente político que haya, y todo eso está fuera de las manos; en ese sentido, si gano será increíble, si no, no voy a sentir que mi trabajo no es digno”.
A pregunta expresa, Prieto considera que el cine hecho en Estados Unidos no será objeto de limitaciones para los extranjeros, algo que está en el aire por las políticas que está impulsando el actual mandatario, Donald Trump.
“En el cine no hay fronteras, sino cine de distintos países donde, claro, hay una expresión específica de cada sociedad, no quiero decir con eso que el cine debe ser universal, pero sí creo que compartir culturas.
“Ang Lee, por ejemplo, hace películas de cualquier tipo; imaginen que se le permitiera hacer una historia que le guste, los productores ven el talento y habrá quien ponga el dinero y en eso el cine trasciende a la política, esas barreras se disuelven y espero que así siga”, opina.
Ya no lo llaman. A Rodrigo Prieto lo dejaron de llamar laboralmente de México, tan pronto comenzó a figurar su nombre en producciones hollywoodenses y, reconoce, no sabe bien las razones.
“Quizá creen que pagan bien allá (EU) y no es así”, bromea el actual nominado al Oscar por su trabajo en Silence, dirigida por Martin Scorsese y cuya premiación se realizará el próximo día 26.
Hace 10 años, cuando decidió probar suerte en el país de las barras y las estrellas donde fue recibido y aconsejado por sus colegas Emmanuel Lubezki (Birdman) y Guillermo Navarro (El laberinto del fauno) a Prieto aún lo llamaban para publicidad.
En México trabajó en películas como Amores perros, Sobrenatural y Dama de noche.
“Todavía cuando recién me fui me llamaban, iba y venía, luego se empezó a dificultar y pues muchas veces ahora no puedo, pero aún sigo con esa esperanza de hacer algo (en México)”, dice durante un encuentro con la prensa.
El cinefotógrafo aprovechará su estancia en la capital mexicana para reunirse con un escritor mexicano y definir un guión, ubicado en la década de los 60 y 70, inspirado en la vida de un familiar.
“Mi abuelo luchó en la Revolución y nos contaba mucho esas historias, quizá por eso me gusta, también me llama mucho la guerra fría”, indica al preguntarle qué época le gustaría hacer en cine.