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Después de los nervios que implicaba saber si ganarían el Oscar, los nominados se fueron a celebrar la noche a las diversas fiestas que se ofrecieron en la ciudad. Leonardo DiCaprio, Alejandro González Iñárritu y Emmanuel Lubezki escogieron primero “brindar” con su Oscar en la fiesta oficial de la Academia llamada Governors Ball.
“Me siento muy contento, muy orgulloso por todo el equipo, la verdad”, dijo Iñárritu afuera de la fiesta.
“Me encanta que haya habido tantos mexicanos en la producción y de alguna forma estemos representando esa parte de la diversidad que falta; hay mucho trabajo que hacer todavía pero empezamos por algo”.
El director mexicano comentó que no sólo debe haber más oportunidades en Hollywood para todas las razas.
“El hecho que Cuarón y yo hemos estado aquí por tres años es un orgullo, pero no sólo debe haber oportunidades para los latinos, sino para los asiáticos, los nativoamericanos, los afroamericanos, todos, creo que la diversidad es un tema importante pero no debe empezar aquí, aquí es el último lugar donde acaba. Es un problema cultural, es una visión cultural que viene arrastrándose desde muchos prejuicios, pensamientos tribal que tenemos que liberar y creo que eso va a suceder con el tiempo, somos una generación que posiblemente lo va a poder hacer”.
Emmanuel Lubezki estuvo acompañado por su esposa y dos hijas: Alejandra y Dani, con quienes se tomó varias fotos con el tercer Oscar que consigue en su carrera.
El Chivo, como se le conoce, tenía más de una razón para festejar esa noche; estaba haciendo historia al ser el primer cinematógrafo en ganar tres premios Oscar de forma consecutiva.
Iñárritu se dijo emocionado por el triunfo de Leonardo DiCaprio. “Me da gusto por él, ya se lo merecía”.