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"La Iglesia tiene más miedo a la prensa que al infierno", aseguró a Pablo Larraín, realizador de "El Club", un estremecedor filme sobre los abusos cometidos por representantes de la Iglesia católica que llega este fin de semana a los cines españoles.
A medio camino entre el drama y el thriller, el chileno Pablo Larraín contrapone en ella dos visiones de la Iglesia católica, una más antigua, tradicional y secretista, y otra más moderna, que pretende ser más cercana y humilde, aunque ninguna se libra de la crítica.
"Las dos tienen la gran paranoia y el gran miedo a la prensa. La Iglesia tiene más miedo a la prensa que al infierno", señaló el cineasta a su paso por el reciente Festival de San Sebastián, donde inauguró la sección Horizontes Latinos.
La película se llevó el Gran Premio del Jurado en la pasada Berlinale y ha sido elegida para representar a Chile en la carrera hacia los Oscar, pero en un año "excelente" para el cine latinoamericano, el director no se atreve a hacer pronósticos.
"Con películas como 'El clan' de Pablo Trapero o 'Desde allá' de Lorenzo Vigas, solo en Latinoamérica ya está muy difícil la competencia, y luego está el resto del mundo. Hacer pronósticos me parece irresponsable", dijo.
Su anterior filme, "No", que abordaba el plebiscito celebrado en 1988 sobre la continuación de Pinochet en el poder, fue una de las cinco finalistas al Oscar a mejor película de habla no inglesa en 2013, aunque el galardón se lo llevó Michael Haneke.
En "El Club" el director, guionista y productor vuelve a tocar heridas sin cerrar de la historia reciente de Chile, con un estilo que combina sobriedad narrativa y una contundencia demoledora para denunciar la impunidad de la jerarquía eclesiástica.
Los protagonistas son cuatro sacerdotes que viven en un caserón retirado junto al mar, donde supuestamente expurgan sus pecados por distintos delitos cometidos -entre ellos el abuso de menores-, bajo la vigilancia de una monja.
Un suceso inesperado y la visita de un representante más joven de la "nueva iglesia" alteran el equilibrio en la casa.
Larraín continuará ahondando en la vertiente política del cine en su próximo largometraje, "Neruda", donde narrará un periodo poco conocido de la vida del poeta chileno, en el que fue perseguido por el Gobierno de Gabriel González Videla.
El rodaje concluyó el pasado mes de agosto en París y ahora están en plena postproducción. "Fue una película muy larga de filmar y el proceso de edición también será largo, pero estoy fascinado con el proyecto, será bonito e interesante", indica.
"Es un filme de género que mezcla el policial y el cine negro con ambiente político y literario de Neruda", detalla. "Tenemos buenos elementos en la juguera (licuadora), ahora a ver qué batido sale".
Al mismo tiempo, Larraín ingresará en la órbita hollywoodiense con "Jackie", una cinta que protagonizará Natalie Portman, con Darren Aronofsky como productor, y que abordará la vida de la exprimera dama tras el asesinato de su marido, John Fitzgerald Kennedy. A finales de año comenzará la preproducción.
Además, su nombre ha sonado para dirigir una nueva versión de "Scarface" que trasladará la acción del filme que consagró a Al Pacino a la actualidad en la ciudad de Los Ángeles.
rad