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Richard Gere está acostumbrado a atraer miradas, recibir sonrisas y a ser tratado como una estrella. Pero todo eso se esfumó cuando se vistió de mendigo y grabó, de incógnito, su nueva película: "Time Out of Mind".
La cinta se filmó casi en su totalidad en las calles de Manhattan, entre callejones de East Village, botes de basura fuera de la Grand Central Station y dentro del bar de Houston Street al que regresa para una entrevista sobre esta película extrañamente sobria y neorrealista que había querido hacer por más de una década.
"En verdad creo que esta era una de las cosas a las que estaba destinado", asegura Gere.
Inspirado en la fotografía de Saul Leiter, el director Oren Moverman ("The messenger") filmó a Gere desde lejos, y ocultó su cámara para capturar una ciudad inconsciente de tener frente a ella a uno de los rostros más famosos del planeta.
Fue una estrategia atrevida, una que si resultaba exitosa, serviría para reforzar el punto de la película: La mayoría de nosotros pasamos sin ver ante las personas que sufren a nuestro alrededor. Gere (quien también es productor) y Moverman lo probaron el primer día de filmación en la calle Astor Place de East Village donde ese hombre para siempre ligado a "Mujer Bonita" pedía monedas con un vaso para café.
"Fue un momento lleno de ansiedad", cuenta Gere. "Ninguno de nosotros sabía qué iba a pasar, pensamos que quizá pasarían unos cinco minutos antes de que la gente echara a perder la filmación, que me reconocerían y que ahí iba a terminar todo. A los pocos minutos de filmación nos dimos cuenta que nadie estaba poniendo atención".
Siguieron filmando de incógnito por 40 minutos y a lo largo de la producción tuvieron esa misma falta de reconocimiento.
"Habrían podido ver a Richard Gere si lo hubieran visto a los ojos", explica Moverman. "Estábamos haciendo una simulación en la realidad pero la realidad decía 'no, eso es realidad, esto no es una simulación, no importa quién sea él"'.
En "Time Out of Mind", que se estrena el viernes en Estados Unidos, Gere interpreta a un indigente llamado George Hammond, quien sufre dia a día la disriminación de una sociedad prejuiciosa. Su historia surge con la observación paciente de Moverman a sus movimientos en Nueva York.
Pero no sólo retrata la historia de George. Es un close up a la experiencia devastadora de la indigencia, el ataque omnipresente de los ruidos, las malas condiciones de los albergues, la invisibilidad desquiciante y también un panorama más grande a la vida urbana donde las ocupaciones normales de la gente pasan a su alrededor.
"Estamos todos juntos en esto o no, esa es la cuestión", señala Gere. "Nos hemos acostumbrado a la idea de que estamos en nuestras cápsulas separadas, pero no es verdad":
La experiencia de mendigar, dice Gere, fue más como ser un hoyo negro que ser invisible. Podría sentir a la gente esquivándolo, sintiendo culpa y le dio una prueba de "qué tan rápido nos deterioramos mentalmente".
"Lo estremeció la experiencia porque es un hombre que por 40 años ha estado acostumbrado a que lo vean, lo admiren y le pongan atención", señala Moverman. "Aquí estaba lidiando con rechazo inmediato, con la necesidad de alejarse de él".
Entre las tomas de la película de bajo presupuesto, Gere esperaba sus escenas en una auto arrendado. El único lujo que se permitía era un hervidor eléctrico que podía conectar en el auto. Para el actor— budista desde hace años—, interpretar a George le daba lecciones de humildad "como de monje".
Gere espera que "Time Out of Mind" le lleve a más colaboraciones con Moverman y sea parte de toda una serie de películas por venir. "No voy a perder nada de tiempo. Sigo disfrutando esto", concluye.
rad