El mexicano Chumel Torres, creador de un noticiario humorístico en YouTube que tiene miles de seguidores, asegura que su éxito se explica porque no tiene ningún "compromiso" con las élites, y porque los medios tradicionales están pagando los errores del pasado y su "hambre de 'clicks'".
Torres, quien presenta en estos días su primer libro, "Historia de la República", asegura en una entrevista ser consciente de que con su programa, "El pulso de la República", maneja una especie de "megáfono muy grande", porque "la gente quiere relajarse mucho".
Ingeniero de formación, alcanzó la fama a partir de que se popularizara uno de sus tuits durante las elecciones presidenciales de 2012.
En su trabajo, en el que reina el tono relajado porque "estamos haciendo comedia, no el discurso del Che Guevara", marca distancia con la labor que realizan los profesionales del periodismo, ya que prefiere dejar "a la gente que sabe hacer ese trabajo".
"No es que la gente se vaya a los medios de bromas, es que la gente que sale en los medios de broma no tenemos ningún compromiso, y la gente graba eso", asegura el "youtuber", quien lleva aferradas como un mantra las palabras "libertad creativa".
La prensa "seria", defiende, "está pagando los pecados que cometió en el pasado", como cuando el ahora presidente Enrique Peña Nieto fue abucheado en la Universidad Iberoamericana durante su campaña y aún así los periódicos dijeron que su acto fue un "éxito", ejemplifica.
Actualmente, "las noticias falsas pueden ocupar primeras planas", y lo que tendría que hacer el periodismo tradicional es quitarse "el hambre de 'clicks' y preocuparse más en ser monolitos de la información".
El humor con el que analiza las noticias de actualidad en sus vídeos de YouTube lo lleva ahora a las páginas de "Historia de la República".
Un libro escrito sin "ninguna pretensión", que busca ser "un diálogo risible de todo lo que fue pasando, tanto cosas malas como cicatrices profundas de la historia de México".
Después de pasar por los aztecas, la llegada de los españoles o la Guerra de Reforma, entre otros episodios, el volumen -en el que proliferan las viñetas- se interrumpe en 2012, año en el que Peña Nieto llegó al poder.
"Eso ya no es historia (...) no podemos escribir tanto todavía porque para mí hay que ser justos y juzgar a la distancia, ver qué fue lo que pasó", argumenta el humorista, para quien lo ocurrido durante este sexenio "caería mejor en un libro de temas más actuales".
Al igual que ocurre con los aspectos vinculados a la relación de México con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
"Ni siquiera vamos a acabar de entenderlo (a Trump) cuando termine, es como un dictador, un Kim Jong-un, un Hitler o estos dictadores que tenemos en Latinoamérica que nadie acaba de entender bien cómo lo hicieron, pero acabaron con la pata en el cuello a su pueblo", relata.
Aun así, reflexiona Torres, el republicano "da más miedo" porque "no solo es un idiota, es un idiota que tiene códigos nucleares, nadie nos hemos detenido a reparar en eso".
Amante de la "competencia creativa" en la que se enzarzan los usuarios de Twitter, en ocasiones ha visto cómo él mismo se convertía en noticia por la polémica que despiertan sus comentarios en esta red social.
Piensa que "en algún momento la izquierda se convirtió en la señora de la vela perpetua, y si haces un chiste de gordos, lesbianas o gais te cargan, te quieren lapidar", cuando solo es una broma.
"Siento que la gente que se indigna es más por pose que por otra cosa; trato de luchar mucho contra eso, porque no puede haber temas tabús, no regresemos al oscurantismo de las cosas", valora Torres.
El "youtuber" mantiene un frenético ritmo de trabajo entre el noticiero en la web y su adaptación a la televisión con la cadena HBO, lo que asemeja a "tener dos hijos, uno que ya conocemos, que es el primero de su clase, y otro que es el recién nacido".
Aunque disfruta haciéndolo, esta doble tarea tiene un precio a pagar: "Estoy loco, no puedo más de cansancio", bromea.
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