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El ascenso a las montañas puede convertirse en un negocio que genere unos 360 millones al turismo. Eso sucede en Nepal, cuando en cada temporada algunos turistas occidentales buscan subir al Everest y lograr una marca por encima del reconocimiento que puedan llevarse quienes hacen que eso suceda: Los Sherpas.
Quienes viven con sus familias cercanos a la zona ganarían en otras circunstancias 300 dólares al año, pero un trabajo que se ha monetizado tan alto los lleva a conseguir más de veinte veces eso con una condición: estar dispuestos a arriesgar su vida para pasar decenas de veces con todo lo que hay que cargar, pues el gobierno no permite que se lleven por aire.
La documentalista australiana Jennifer Peedom intenta reflejar esta situación en un documental justamente en el 2014, en que ocurrió una avalancha que se llevó consigo la vida de 16 de los trabajadores, situación que hizo que los Sherpas alzaran la voz por mejores condiciones, y los llevó a cancelar la temporada por respeto (misma situación que en 2015 por el terremoto).
“Lo que quería mostrar era cómo era la vida de los Sherpas, que para sus familias es terrible que suban sus esposos a la montaña y que conlleva también algo espiritual, es importante. Ellos son quienes realmente hacen el trabajo y lleva riesgos.
“Todo cambió a raíz de la tragedia porque el plan original terminaba arriba, mostrando la riesgosa desproporción donde ellos tenían que bajar nuevamente si los occidentales tenían dificultades pero cuando sucede algo tan grave había que seguir contando la historia para poder ver otro punto de vista, había una mayor responsabilidad”, dijo Peedom en su visita a México.
Tras rituales de protección los habitantes de la comunidad están listos para trabajar, sabiendo que algunos de ellos no vuelvan a casa. Ellos comienzan a sentirse menos, pues no los reconocen y es por ello que la directora va por más al hablar con sus familias.
“Más allá de lo que podría sentir era importante mantener distancia porque si tomaba algún juicio no tendría las respuestas naturales u honestas, eso me permitió que gente que tenía objetivos distintos a otros también dieran respuestas”, indicó.
Reconoce que en su natal Australia han estado levantando dinero y un porcentaje de su documental va para apoyarlos, más los nombres de entidades en los créditos que también los apoyan. Ella se apoyó de cinco de ellos, dos camarógrafos, un traductor y dos asistentes.
“Lo que fue más sublime fue la relación con las familias y cómo ves el sufrimiento al despedirse”, argumentó. Sherpas: Héroes del Everest, que se transmitirá el 16 de abril a las 21 horas por Discovery Channel, en el marco de la Elevation Night, aunque también será parte de la gira de documentales de Ambulante.
Somos lengua es dirigido por Kyzza Terrazas y también es parte de la selección de Ambulante, que está exhibiéndose en la Ciudad de México del 31 marzo al 14 de abril, antes de salir a otros lugares en la república.
En este documental el realizador se basó en su deseo de hacer una película de ficción sobre los raperos mexicanos, pero prefirió adentrarse para crear una monografía de este grupo que muchas veces es estereotipado por la mayoría.
“Creo que es más un estereotipo que una realidad, no tenemos herramientas que nos conecten puentes entre nuestras realidades y las suyas. Si bien no necesariamente está conectado con el crimen organizado, una versión o tendencia es relatar ese tipo de vida porque muchas veces se viene de ahí; hay otras tendencias que no tienen nada que ver, es una cultura que relata y saca a la luz la cotidianidad de las personas con un llamado a la honestidad”, expresó Terrazas.
El director vio un mundo que no suele ser retratado y que tiene que ver con la juventud justamente en tiempos donde se vive violencia a diario en México, es por ello que el tema le interesó por ser un tanto paralelo a la historia del arte oficial y tocar en 80 minutos vertientes como es la migración.
“Uno pensaría que no hay raperos en la Ciudad de México, pero es muy masivo y sucede en contextos que no son los tradicionales; había que ganarse su confianza, ya que lo hicimos fuimos a tocadas que son pequeñas, pero ellos llegan y los niños y adolescentes del barrio los siguen. Que no lo veamos en los medios o no nos fijemos en los chavos en la calle no quiere decir que no existan”, agregó quien espera poder llevar su material a Latinoamérica.
cvtp