Imagínate el mundo al revés. En un sentido literal. Desde niños nos enseñaron que el globo terráqueo debe estar con Rusia y Canadá en la parte superior y Argentina y Australia en el sur. Pero, ¿por qué? Si Giordano Bruno tenía razón y el universo es infinito, entonces no existe un arriba ni un abajo y por lo tanto el globo terráqueo puede verse desde múltiples posiciones. Es tan válido un mundo con la Patagonia hasta arriba, como Siberia. Los mapas son construcciones políticas, que buscan discernir al mundo a partir de nociones ideológicas e intereses. A veces ver las cosas desde otro ángulo puede ayudarnos a descubrir cosas que hemos omitido. ¿Como qué?

Pongamos el mundo de cabeza de tal forma que el Ártico quede en el centro. Lo que vemos es el océano Ártico con su capa de hielo en medio y las costas de Canadá, Alaska, Rusia y Groenlandia en una especie de círculo que lo rodea. Los más observadores se darán cuenta que esta nueva manera de ver el mundo presenta un interesante descubrimiento: a través del archipiélago canadiense hay una ruta marina que conecta el Atlántico con el Pacífico llamada el Paso del Noroeste y es sustancialmente más corta para hacer la travesía desde el hemisferio norte que el Canal de Panamá. Si consideramos que este paso ártico reduce el tiempo de viaje en un 40%, ¿por qué no se utiliza este camino?

La respuesta es relativamente sencilla. La ruta del noroeste no se utiliza porque está cubierta de hielo. O por lo menos lo estaba. Hasta hace algunos años este camino sólo era accesible durante algunos días del año y aún así se tenía que hacer acompañado de un rompehielos, un navío que es sumamente caro y complejo para producir. El calentamiento global ha transformado esta realidad. Algunos podrán insistir en discutir las razones del calentamiento global, pero nadie lo puede negar; de 1978 para acá ha habido una drástica disminución en la capa de hielo del Ártico. A los ambientalistas, y a la mayoría de los seres humanos esto nos preocupa. En 2014 por primera vez un barco canadiense hizo el viaje a China sin necesidad de rompehielos. Los expertos calculan que para 2040 esta ruta estará libre de hielo durante dos meses al año. ¿Qué implicaciones tendría esto?

La apertura del Paso del Noroeste es posiblemente el cambio geopolítico más importante que ocurrirá en las próximas décadas. Pensemos en lo siguiente: el 90% del comercio del mundo ocurre en el mar, la mayor parte de él entre las economías del sudeste asiático (en el Pacífico) y las del Atlántico norte (Nueva York, Europa, etc..) Actualmente la ruta más eficiente es el Canal de Panamá, pero el Paso del Noroeste reduce el tiempo de viaje y por su profundidad permite cargar 30% más peso. En promedio un buque de carga se ahorra 80,000 dólares en gasolina usando este camino, de ahí que los efectos del calentamiento global le significaría al comercio internacional reducción de costos y más eficiencia y competitividad. Por increíble que parezca hay gente e intereses a los que el calentamiento global les conviene, de ahí, que muchos lo nieguen.

El tema ártico tiene otros dos elementos que lo vuelven aún más complicado. Alrededor del 22% de los hidrocarburos aún no utilizados en el mundo se encuentran en esta región, y al mismo tiempo al menos 8 países reclaman acceso a esta zona, a los que recientemente se agregó China que entiende que en un futuro quien controle el Paso del Noroeste podrá controlar mucho del comercio internacional. Actualmente existen disputas territoriales y de derecho de vía entre todas estas naciones, Canadá y Estados Unidos están litigando sobre el tema, mientras que Rusia ha expandido de manera prominente su fuerza a esta región, estableciendo 6 bases navales en el Ártico, construyendo decenas de rompehielos, e incluso proponiendo que el Mar Ártico sea renombrado como el Mar Ruso.

En la medida en que el mundo se caliente y el Ártico se derrita, las vías comerciales se abrirán y la extracción de recursos energéticos será mucho menos costosa, permitiendo grandes beneficios a los que las controlen. Los gobiernos de los 5 países que limitan con el Ártico y empresas como Shell ya han invertido miles de dólares en esta región. Aunque a muchos el ártico nos parece muy lejano, es altamente probable que se vuelva una zona de conflicto en los próximos años; mientras tanto, las implicaciones geopolíticas del Ártico nos ayudan a entender porque a pesar de los grandes daños que causa, hay tantas personas que niegan o desean el calentamiento global.

Analista político.
@emiliolezama

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