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Crisis de seguridad, emergencia nacional, desastre, problema grave. Con esos conceptos el gobierno federal se refirió ayer a la violencia que vive el país desde hace más de una década.
La ciudadanía reconoce que es un problema que viene de gobiernos anteriores, pero en los siete meses que van de la actual administración la situación no ha mejorado; incluso el presidente de la República señala que prevalecen “las mismas condiciones de inseguridad y violencia” que heredaron.
Como parte de la estrategia para revertir la situación, se puso en marcha de manera oficial a la Guardia Nacional en un acto que convocó a representantes de los tres Poderes de la Unión y a gobernadores.
El gobierno ha puesto todas las esperanzas en esta corporación para devolverle al país la paz. Confían en que marcará el inicio del fin de la violencia y que “los días más oscuros de la inseguridad quedarán en el pasado”. No hay muchos motivos, sin embargo, para el optimismo.
En el pasado reciente, distintos gobiernos apostaron a la creación de fuerzas policiacas para combatir al crimen, al tiempo que sumaban elementos militares en tareas de seguridad. Policía Federal Preventiva, Policía Federal, Gendarmería Nacional formaron parte de estrategias federales adoptadas en distintos momentos para combatir al crimen. A pesar de esos esfuerzos, hasta ahora los índices de homicidios dolosos han conservado su tendencia a aumentar y casi cada mes imponen un registro histórico.
Aunque se dio a conocer que la actuación de la Guardia Nacional se dará en el marco del respeto a los derechos humanos, de manera coordinada con instituciones y que se procurará que tengan salarios justos, integrantes de la corporación revelaron que los cursos previos de capacitación no se dieron en condiciones óptimas y transcurrieron en medio de carencias. A partir de este momento es necesario reconocer el esfuerzo de los integrantes de la Guardia, sin regatear apoyos y equipo.
El cambio en materia de seguridad no se dará de la noche a la mañana, la propia autoridad menciona que se esperan resultados a mediano plazo. Lo importante es que se ha creado una institución para combatir el crimen surgida con el aval de todas las fuerzas políticas, que puede representar el principio de una agrupación sólida y confiable. El desafío no es nada fácil.