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Las cifras que dio a conocer ayer el Inegi sobre percepción de inseguridad en el país empiezan a mostrar un ligero descenso. En junio, 73.9% de la población mayor a 18 años consideró que vivir en su ciudad es inseguro, apenas 0.7 puntos por debajo del trimestre previo, pero dos puntos por debajo del índice registrado un año antes, que fue de 75.9%. Aunque la realidad no aporta evidencias de un menor número de delitos, es probabl e que los anuncios de despliegue de elementos de la Guardia Nacional incidan en la percepción ciudadana.
Contrario a la disminución mencionada, hay un punto que muestra crecimiento y debe ser motivo de preocupación. Al comparar la percepción de inseguridad entre hombres y mujeres, el porcentaje es mayor para ellas y la brecha sigue aumentando. Hace un año 79.6% de las mujeres consideró inseguro el lugar donde vive, mientras que para los hombres el mismo índice fue de 71.3%, una diferencia de 8.3 puntos. En 2019, aunque las cifras para uno y otro sexos bajaron (78.7 contra 68.2), la diferencia se amplió a 10.5 puntos. Bajó la percepción de inseguridad, pero no en la misma proporción.
Otro dato que también debería ser motivo de preocupación es la aparición constante de los mismos lugres. En las últimas cinco encuestas levantadas por el Inegi, Ecatepec figura siempre entre los cinco sitios considerados más inseguros —en dos ocasiones ha aparecido en primer lugar. Después del municipio mexiquense, la ciudad de Villahermosa destaca entre las regiones del país más inseguras. Trimestre tras trimestre la percepción se mantiene siempre en niveles por arriba de 90%. ¿Qué estrategia han adoptado las autoridades locales para revertir el sentir ciudadano? Parece que en el último año el problema no les ha interesado o los planes puestos en marcha han sido un fracaso.
El levantamiento de encuestas entrega retratos bastante aproximados a la realidad, que —en teoría— deben servir para instrumentar políticas públicas que solucionen problemas específicos.
Hay dos temas perfectamente expuestos en el estudio del Inegi. Por un lado, las mujeres no se sienten protegidas en igual forma que los hombres y, por otro, hay ciudades que muestran apatía —por decir lo menos— para erradicar el ambiente de inseguridad.
Uno de los principales objetivos de todo gobierno tendría que ser garantizar la seguridad de sus habitantes. Por los resultados de la encuesta, la deuda con la sociedad todavía es grande.