Una vez más la comunidad LGBTTTI dio ayer una muestra del poder de convocatoria y extensión que tiene al interior de la sociedad mexicana, con una marcha y un evento multitudinario que se realizó en la capital del país y en algunas otras poblaciones de la República que se sumaron a la celebración, dejando en claro que se trata de uno de los grupos con mayor cohesión y con más conciencia social. También demostró que el número de asistentes crece año con año, en mucho debido al apoyo de familiares, compañeros de trabajo o estudio, y amigos o simples simpatizantes.

Los esfuerzos en pos de la igualdad sin distinción de la preferencia sexual de los ciudadanos parece que se dan más bien casi a nivel individual, siendo la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo en la Ciudad de México y la determinación legal del derecho a adoptar niños los últimos dos grandes saltos en las conquistas rumbo hacia el pleno ejercicio de los derechos de la comunidad gay.

Se tiene que escuchar a los miembros de esta comunidad que acusan a diversas organizaciones y grupos políticos de usar la bandera LGBT sólo como un recurso para llamar la atención u obtener algún beneficio para terceros. De ahí su condena a quienes digan enarbolar las causas del movimiento gay persiguiendo en realidad capitalizar la lucha, conseguir publicidad gratuita o alcanzar alguna ganancia material o política. La principal de ellas es la violencia que se ejerce contra las personas de preferencia sexual alternativa y en particular las trasvestis y transgénero, que son las que suelen llevar la peor parte por ser el sector más visible de la población homosexual. Asimismo, el de la discriminación es otro frente que sigue siendo necesario atender al conocerse que según cifras del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, hasta seis de cada 10 personas con preferencia o identidad sexual alternativa han sido objeto de algún tipo de discriminación que ha ido desde la no inclusión, la indiferencia, la burla o la negativa a brindarles un servicio o la entrada a algún sitio, así como la expulsión de instalaciones o los despidos al conocerse su preferencia. Eso sin contar las agresiones directas contra la persona o sus propiedades, las humillaciones o expresiones de odio e insultos.

Es deber de todos, si deseamos una sociedad igualitaria y con impartición de justicia sin distinción de ninguna especie, que hagamos de todos la causa de esta comunidad, pues en la defensa de sus derechos y libertades, está la de la sociedad en su conjunto.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses