Pasar una noche aquí es como quedarte en tu hogar, pero con el ritmo pausado que la ciudad no te puede regalar. Esa fue la intención de Teté Anaya, quien convirtió en alojamiento esta residencia del siglo XIX, porque le parecía demasiado grande para ella sola.

Solo hay seis habitaciones, pero cada una tiene tema propio. En “A mi manera”, para parejas, predomina el rojo. Ahí se preparan paquetes románticos y se adorna para noches de bodas. En “La alcoba de Don Juan”, está decorada con las antigüedades, la principal afición del padre de Teté.

Pero la favorita de la propietaria es “Sabor a México”: colores vivos, colchas con bordados y una cabecera con ilustraciones de cactáceas. La habitación completa rinde homenaje al folclor nacional. A excepción de “Amorcito corazón”, la suite más pequeña, todas tienen jacuzzi.

El servicio es personalizado. Desde que llegas, te llaman por tu nombre y te reciben con fruta y galletas artesanales. Las amenidades no son pequeños sobres con jabón o crema, sino frascos grandes y un botiquín de emergencias. Puedes pedir un masaje en tu dormitorio.

La Casona de Teté no cuenta con restaurante, pero el hospedaje incluye desayuno. Más tarde, hay servicio a la habitación.

El hotel se encuentra frente a la Parroquia de la Asunción, en Lagos de Moreno, Pueblo Mágico a dos horas de Guadalajara.

Se ofrecen paseos guiados por el centro histórico. La dueña recomienda darse una vuelta por los restaurantes de la zona. Destaca La Rinconada, cuya especialidad es la gastronomía tradicional mexicana.

Las pizzas y cocteles de Andén Cinco 35 ya son famosos, pero si andas en plan bohemio, visita Terrescalli, café del pintor y escultor local Carlos Terres. Imparte talleres de arte y cuenta con una galería.
Teléfono: (474) 7465 100.
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