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El Inti Raymi, la más fastuosa fiesta del Imperio Inca, se llevaba a cabo cada 21 de junio, cuando empieza el solsticio de invierno en el hemisferio sur y el sol se encuentra a mayor distancia de la Tierra, originando la noche más larga del año.
Con la llegada de los españoles la celebración tuvo que ser suspendida. Fue recuperada hasta 1944 y se cambió el día de fiesta por el 24 de junio. Ahora, cada año se realiza una representación teatral, con 750 artistas, en la zona arqueológica de Sacsayhuamán, en la ciudad de Cusco, Perú.
El personaje principal es el Emperador Inca, quien entra a la plaza cargado por ocho vasallos, vistiendo su traje más colorido y sus joyas más valiosas para recibir el mensaje del dios Sol. Después, llama a los gobernantes de los cuatro suyos (las regiones en las que se dividía el imperio) para que informen de la situación de sus pueblos. A su vez, cada uno de ellos le ofrenda frutos de sus tierras.
La representación culmina con el rito del pan sagrado y con una danza que emula la exaltación popular.
Algo de historia
En su versión original, de acuerdo con las crónicas de Garcilaso de la Vega, la fiesta duraba nueve días, se bailaba y se hacían sacrificios de llamas para ofrecer su sangre a la Pachamama (Madre Tierra).
En la víspera de la celebración, los cusqueños se preparaban tres días antes con una estricta dieta a base de maíz e infusiones de hierbas.