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Pese a que el desarrollo de la Fórmula Uno ha sido en Europa, seis pilotos mexicanos se han ganado un lugar en la parrilla entre los mejores corredores del mundo. Los hermanos Ricardo y Pedro Rodríguez fueron los primeros, y hoy toca a turno Sergio Pérez y a Esteban Gutiérrez.
El menor de los Rodríguez, Ricardo, desde muy joven mostró un talento especial para las carreras automovilísticas. Esto lo llevó a convertirse en el primer mexicano en una pista de F1 en un codiciado Ferrari. El 10 de septiembre de 1961 tomó parte del Gran Premio de Italia en Monza, con sólo 19 años, y largando desde la primera fila.
Logró los primeros puntos en su tercer Gran Premio en Spa Francorchamps, Bélgica, luego que su equipo le ordenara ceder su tercer lugar al líder de Ferrari, Phil Hill, de EU.
Como el Gran Premio de México no fue puntuable en el calendario de 1962, los escarlatas decidieron no participar y Ricardo aceptó conducir un Lotus 24. Así llegaron las fatídicas primeras prácticas en donde tuvo un accidente en la peraltada que le quitó la vida a los 21 años.
Luego llegó Pedro Rodríguez, que tuvo su primera carrera en la categoría en EU (1963, Watkins Glen). Le bastaron ocho carreras para lograr su primera victoria en 1967. Después ganó en 1970 en Bélgica. Hasta hoy es el único mexicano que ha ganado.
Moisés Solana es considerado una de las leyendas del deporte motor mexicano. Participó de manera ininterrumpida en la carrera sobre la pista de la Magdalena Mixhuca de 1963 a 1968, con un décimo lugar como su mejor resultado.
Héctor Alonso Rebaque pasó por varias monoplazas en competencias europeas hasta que llegó a la F1 en 1977 con Hesketh Racing.
Sergio Pérez terminó con una larga ausencia de pilotos nacionales en la categoría. Su arribo a Sauber fue en 2011. Ha roto varias marcas e igualó el número de podios de Pedro Rodríguez, con siete.
Esteban Gutiérrez alcanzó un lugar titular en 2013 a la salida de Checo de Sauber.