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Estados Unidos vive la semana final de uno de los torneos más representativos del deporte blanco: el US Open, último Grand Slam que reúne a las mejores raquetas del mundo.
Para esta edición, Nueva York se ha iluminado con figuras de la talla del campeón defensor Novak Djokovic, Jo-Wilfried Tsonga, Rafael Nadal, quien sorpresivamente cayó en octavos, Juan Martín del Potro, Andy Murray y Kei Nishikori.
En la rama femenil está Serena Williams, Caroline Wozniacki y Angelique Kerber, entre otras.
Pero si hay un tenista al que le seguiremos la pista muy de cerca es Kei Nishikori, quien ha disputado siete ediciones del Abierto estadounidense y cuyo máximo logro fue la final de 2014 en la que desafortunadamente cayó ante Marin Cilic.
Con once títulos en singles a lo largo de su carrera, Kei representa una generación única e histórica del tenis en Japón, país al que ha puesto muy en alto y que lo ha visto crecer y desarrollarse en certámenes de gran reconocimiento.
Kei conoce a la perfección lo aguerrido que resulta disputar el US Open, sabe que es importante mostrar su velocidad, capacidad de respuesta y la solidez de sus golpes. Es un deportista dedicado, consciente del papel que juega, y sobre todo, alguien que disfruta enormemente dedicarse al tenis profesional.
Por ello les comparto un poco de su filosofía, en una entrevista que me concedió recientemente.
—¿Qué representa este torneo?
—La verdad es una experiencia sensacional para mí, espero que pueda seguir jugando bien y poder repetir y mejorar lo conseguido en años anteriores.
—Es un torneo especial porque es muy diferente a los demás…
—Sí, es diferente de los demás torneos, sientes una presión diferente, es un torneo importante, y además ves a grandes atletas junto a ti, se disfruta mucho, supone un reto importante para cualquier tenista.
—¿En qué punto de tu carrera estás en este momento?
—De hecho estoy muy contento con mi juego, he tenido muy buenos torneos, pudieron haber sido mejores, pero estoy satisfecho con mi tenis, creo que cada vez me siento más cómodo y confiado con mi juego.
—¿Qué se siente jugar junto a grandes como Novak Djokovic o Andy Murray, los tres que siempre están en la cima?
—Siempre es un gran reto para mí, estar a su nivel es mi meta, porque siempre juegan muy bien, es difícil, pero siempre juego concentrado en lo que tengo que hacer y trabajo muy duro todos los días para conseguirlo.