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La gran sorpresa del torneo se presentó en la final. La alemana Angelique Kerber conquistó el primer Grand Slam de su carrera al ganar la final del Abierto de Australia a la estadounidense Serena Williams, dejando a salvo, al menos por unos meses, el récord de títulos de la legendaria Steffi Graf.
Kerber, de 28 años y a partir del lunes nueva número dos del ranking mundial de la WTA, dio el golpe en Melbourne al tumbar por 6-4, 3-6 y 6-4 a Williams, la gran favorita, la jugadora que había ganado sus últimas ocho finales de Grand Slam.
“Mi sueño se ha hecho realidad esta noche. Toda mi vida trabajé muy duro y ahora estoy aquí y puedo decir que soy una campeona de Grand Slam, es una locura”, dijo exultante Kerber después de su primera final de Grand Slam.
“Disfruté mucho de estas dos semanas, fueron las dos mejores de mi vida, de mi carrera”.
Kerber, con su tenis físico y de mucha entrega, impidió así que Williams igualara el récord de 22 grandes en la era abierta, una marca que seguirá ostentando en solitario la alemana Graf.
Australia era la segunda oportunidad que tenía Williams de empatar el récord de Graf. En la primera, en el US Open 2015, la número uno se despidió en semifinales. En Melbourne quedó todavía más cerca, pero la sorpresa fue mayúscula.
“Siempre que vengo a la sala de prensa todo el mundo espera que gane cada partido, cada día de mi vida. Aunque me gustaría ser un robot, no lo soy. Quizás otra persona puede, pero yo no soy capaz”, expresó Serena, la número uno del mundo y de 34 años de edad, quien llegó a la final como amplia favorita sin ceder un solo set. En Las Vegas, Serena era favorita para ganar este torneo 25 a 1.