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En el último segundo de la reposición, Hirving Lozano centró por la izquierda, le pelota fue buscada por jugadores de Pachuca y Dallas, pero nadie la tocó, sólo las redes que gritaron el pase de los Tuzos a la final de la Liga de Campeones de la Concacaf.
Gol que evitó el alargue y los posibles penaltis. Pachuca ganó 3-1 al Dallas, para un global de 4-3.
Ahora los pachuqueños esperarán al ganador del juego de Tigres, que lleva ventaja de 2-0 sobre los Whitecaps de Vancouver.
El juego fue dominado por los locales de principio a fin y pronto se hicieron de la ventaja.
El primer gol de los Tuzos fue una clase directa de todo lo que tiene que hacer un centro delantero. Franco Jara levantó la cara y con la mirada ordenó a Jonathan Urretaviscaya a dónde mandar la pelota y el uruguayó obedeció: el balón fue a primer poste justo a donde llegó el argentino, quien con la cabeza desvió lo suficiente para marcar.
El juego se hizo adulto y Dallas, aunque intentó, se topó con la buena actuación del guardameta Alfonso Blanco.
Y el “Chucky” arrancó de nueva cuenta por la izquierda. Esta vez no por afuera, sino en diagonal. Se quitó a uno, a dos jugadores y antes de que los lobos se le fueran encima, sacó un tremendo disparo a primer poste al que no llegó el guardameta del Dallas.
Ya todos festejaban la clasificación de los hidalguenses.
Parecía que el juego estaba controlado cuando Blanco despejó la pelota al centro, vino un remate machucado de Hueso que desvió con la cabeza Colman para vencer a un descolocado portero tuzo que pagó caro su error.
Y vino el final de locura.
Ya con pocos minutos en el reloj, Franco Jara lo había buscado, igual Urretaviscaya, pero llegó el héroe de la película, el niño consentido Hirving Lozano, quien mandó un tiro centro que se le coló dramáticamente al portero Chris Seitz.
Pachuca de esta manera llega a la final de la Concachampions, a la espera de rival.
