Separados por un hueco de seis puntos y estados de ánimo casi opuestos, Barcelona y Real Madrid disputan el clásico de la Liga española de futbol más incierto de los últimos años.
Si bien los números y la dinámica juegan a favor del enrachado Real Madrid, el líder de la clasificación, la necesidad y el orgullo obligan al alicaído Barcelona, que se agarra al factor cancha casi como una garantía de éxito para sumar los tres puntos en el esperadísimo duelo por la decimocuarta fecha del torneo español.
“Jugando en casa, me da igual estar a 100 puntos, a 25 o a uno. Es un partido precioso y hay que intentar darnos una alegría a nosotros y a los aficionados”, afirmó Luis Enrique, entrenador del Barcelona.
El Camp Nou, sin embargo, no fue un factor decisivo en el clásico de la temporada pasada: los dirigidos por Zinedine Zidane se impusieron por 2-1, pese a su aparente peor momento de juego. Y tampoco lo está siendo en esta campaña, en la que los blaugrana ya han cedido más puntos en su casa que en toda la pasada: siete.
Lo será, más probablemente, el argentino Lionel Messi, que rivalizará de nuevo con el portugués Cristiano Ronaldo por demostrar quién es el mejor, y quizá también un Andrés Iniesta que, tras seis semanas de ausencia por lesión, regresó a la convocatoria de Luis Enrique entre grandes expectativas.
Luego del último tropiezo de los suyos ante la Real Sociedad (1-1) con una pobrísima imagen, la hinchada blaugrana confía en que el regreso de su capitán sea la solución a algunos de los problemas del Barcelona. No es casualidad que el empobrecimiento del juego culé haya coincidido con la baja de Iniesta, el hombre más determinante en el mediocampo del Barcelona junto con Messi.
“Es uno de los referentes de lo que significa el estilo de juego del Barça, pero considero que es una cosa de equipo”, señaló Luis Enrique, consciente de que su conjunto necesita recuperar la posesión y la superioridad en el mediocampo para dominar.
“Aunque es un jugador importante, Iniesta no determinará lo que vamos a hacer nosotros”, apuntó, por su parte, Zidane, que no podrá contar con el galés Gareth Bale ni con el alemán Toni Kroos, aún en fase de recuperación, pero sí con el francés Karim Benzema y con Sergio Ramos.
El técnico galo del Real Madrid, que ha encontrado en el croata Mateo Kovacic un buen recambio para Kroos, parece tener muy claro qué hacer en el Camp Nou. Tiene su once ya decidido y, aparentemente, también cómo jugarle al Barcelona.
“Tenemos que jugar con la intensidad del Calderón y no me fijo en lo que ellos hicieron en San Sebastián, porque no va a ser el mismo partido. Vamos a jugar contra los campeones y los campeones siempre son buenos en los partidos grandes”, avisó Zidane.
Aunque el juego de su equipo sigue sin convencer y depende, en buena parte, de los goles de Cristiano Ronaldo, el entrenador blanco sigue sumando puntos y partidos sin perder: 32 consecutivos ya.
Muy poco acertado en el inicio de Liga, el astro portugués ha bendecido con goles los cambios de sistema de Zidane en los últimas semanas: diez tantos en otros tantos partidos. Y continúa su cerrada pugna con Messi por conquistar todos los premios individuales, ahora también “The Best” al mejor jugador de 2016.