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Columbus.— No, Rafael Márquez no buscaba revancha contra Estados Unidos.
Bueno, al menos eso es lo que dice el internacional mexicano tras la victoria contra el acérrimo rival.
Rafa, asegura, buscaba reivindicarse, poner fin a esa pesada y dolorosa historia de derrotas a manos de Estados Unidos en Columbus, una situación que acarreaba serias críticas de la afición y que incluso estaba generando conflictos en el grupo.
Lo que el capitán de la Selección Nacional Mexicana buscaba era, además de cortar con esa historia amarga del 2-0 en Columbus, “ayudar a escribir una nueva”, una etapa brillante en la historia de la Selección Nacional que busca clasificarse a la Copa del Mundo de Rusia 2018.
“No es que [Estados Unidos] me debiera algo, no, lo que yo quería y quiero es escribir una nueva historia para México en muchos sentidos, y creo que se dio un gran paso con este triunfo”, dice en tono melancólico, sin querer colgarse la medalla de héroe.
“No olvida lo que se vivió en Columbus desde hace 15 años, porque en el inicio de todo, él estuvo presente, y en él mismo le puso final a esto. “No se ganaba que por el frío, que por la lluvia, que por el rival, pero ya pasó, ya se ganó, fue un triunfo muy importante y ahora hay que ver hacia adelante, hacia lo que sigue, Panamá”.
Márquez cargo con el estigma de las derrotas frente a los norteamericanos por muchos años, “pero esas críticas ya pasaron. Hay que ver las capacidades que tiene ahora el equipo para sacar este triunfo que tan bien nos deja a todos. Hay que mejorar en lo que hicimos mal, eso es claro”.
La autocrítica es frontal, “en la primera parte jugamos muy bien, hay que trabajar más sobre eso para que repetirlo, y que no suceda lo de la segunda. En cualquier estadio debemos de jugar de la misma forma que lo hicimos en el primer tiempo”.
Rafael Márquez y sus 37 años a cuestas no desmaya y se dice listo para durar en el Tri, “hasta que las piernas lo digan. No sé cuándo sea mi último partido, ya veremos qué sucede ante Panamá”.
