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Barcelona.— El Granada, con una buena labor del portero mexicano Guillermo Ochoa y pese a la derrota (0-1), se fue con la cara en alto del estadio Camp Nou, en actividad de la fecha 10 de la Liga de España.
Si bien las derrotas pocas veces son bien vistas, el sotanero de la competición ibérica se metió a la Ciudad Condal con autoridad y buen orden defensivo para propiciar un gris juego del tridente catalán, conformado por el argentino Lionel Messi, el uruguayo Luis Suárez y el brasileño Neymar.
En su último encuentro como visitante, el Granada fue goleado por el Atlético de Madrid (1-7), por lo que ayer se esperaba que los blaugranas repitieran o se acercaran a un triunfo similar para seguir en la lucha de los primeros lugares. No ocurrió de esa forma y el mundialista mexicano en Brasil 2014 resultó clave para que eso sucediera.
Todo quedó en un intento de goleada y sólo una anotación del brasileño Rafinha —al 48’— fue la diferencia del encuentro, que le dio los tres puntos al Barcelona, mientras que el equipo nazarí continuó sin ganar en la presente temporada.
Los problemas de descenso y el último lugar de la tabla continúan siendo los graves problemas del Granada, que se mantuvo con tres unidades, pero la forma de juego mostrada ante un verdadero peso completo le podría dar frutos frente a otro tipo de rivales.
En contraparte, el Barcelona mostró poco a lo habitual de su nivel futbolístico, justo a días de visitar Inglaterra para medirse al Manchester City en la Champions League.
El arquero jalisciense lució cuando fue exigido en el encuentro. Tapó en dos ocasiones los remates de Suárez, quien salió de cambio. Messi ni brilló e hizo la atajada del cotejo frente a Neymar, quien cada vez sufre más ante el mexicano. Justo después del tanto marcado por Rafinha, el astro del “Scratch du Oro” quedó sin marca ante el guardameta mexicano, quien desvió el disparo.
En la anotación, Ochoa —quien jugó todo el choque— poco pudo hacer, incluso un rebote benefició a los culés para el buen remate de Rafinha, que impactó el balón de espalda al marco, en intento de chilena, para evitar la catástrofe del Barcelona.