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jose.parra@eluniversal.com.mx
Pero y... ¿cómo restaurar la moral después de un 7-0? Leonardo Cuéllar, el hombre de la abundante melena, experimentó las mismas dudas hace 28 años, en el Mundial de 1978, después de que México cayó 6-0 a manos de la poderosa República Federal de Alemania, en Córdoba, Argentina.
“Lo que queríamos era regresar a la cancha, tener una competencia inmediata, tratar de reconcilliar el sueño, porque no se puede”, comparte el ex mundialista y ex estratega de la Selección Femenil.
“Pasa por tu cabeza constantemente la película de lo que pasó y te quedas con un gran coraje de lo que pudiste haber hecho y no lo hiciste”, rememora. “Ahora todos ellos [los muchachos] están muy ansiosos de regresar a la cancha, de que inicie el torneo, de volver a recuperar la confianza, recuperarse a ellos mismos, que son mucho mejores de lo que mostraron en su última actuación, porque aparte son buenos jugadores. Estas expectativas quitan el equilibrio de la realidad a nuestras posibilidades”, reflexiona.
“La verdad es que me ha caído de sorpresa este marcador [7-0], porque el accionar, si no era excelente, tampoco era malo. Ahorita todos están muy ansiosos de demostrar que se tiene mejor nivel, que esto fue una noche negra”, añade, convencido de que es la mejor forma de recuperar la moral perdida.
Enseguida descubre que tal como le ocurrió a aquella Selección de José Antonio Roca, en 1978, al apostar por varios jugadores jóvenes, algo similar experimentó Osorio.
“En el futbol se me hace muy grave pensar que un partido tan difícil podemos depender de jugadores jóvenes como ‘Tecatito’ [Jesús Manuel Corona] e [Hirving] Lozano, que están en buen momento, pero en un proceso de confirmarse a niveles internacionales. Me recuerda a lo que éramos nosotros en ese Mundial, porque Hugo tenía 20 años, Rangel tenía 21 y Cristobalito 21. El equipo era joven y a lo mejor demasiado inexperto para cumplir las expectativas y la exitación del futbol y de todo el país”, observa. “La solución para sacarse la humillación es volver a patear el balón”.
—¿Qué decirle a los niños?
“Que dentro de la decepción y el desencanto que todos tenemos y en particular los niños que ven a sus ídolos ponerse la camiseta verde, que se tendrá que trabajar muy fuerte, que dentro de su posición, ellos mismos pueden ir guiando lo que viene con mejores exigencias, con mejores posiciones a la hora de apoyar y exigir que las cosas se hagan bien. Estamos en un mundo muy diferente, con generaciones mucho más cómodas y por lo mismo, no se confirman todos los procesos”.
—¿Qué cambios debe hacer Juan Carlos Osorio?
“Creo que es una experiencia, si no la más fuerte de su carrera, imaginó algo que no esperaba. Debe hacer un análisis firme de lo que es nuestro futbol, nuestra cultura, nuestra mentalidad. Ser puntual en sus trabajos. Se habla mucho de sus rotaciones, los conceptos son buenos, si se llegan a cumplir los procesos”.
Entre tanto, Miguel Herrera, ex seleccionador nacional, opina que para restaurar el ánimo, Osorio “tendrá que trabajar mucho en la mentalidad de los muchachos”.
Eso sí, “no tenía por qué estar en duda su puesto”, opina el ‘Piojo’. “Fue una derrota dolorosa. Se perdió un partido, feo, malo, pero no tiene por qué estar en duda el cargo del técnico ni el futbol de los jugadores ni el de los directivos”.
Aceptar y reaprender. La psicóloga del deporte, Claudia Rivas, señala que el primer paso para superar una derrota como el 0-7 es “aceptar lo que se dejó de hacer” para “reaprender” de las circunstancias y que eso no vuelva a pasar.
“Lo normal es darle la vuelta a la página, pero eso [el descalabro] se puede quedar ahí provocando el antecedente psicológico de esta derrota, que cuando un organismo aprende a no defenderse”, refiere.
“La recuperación aparente está ahí, pero a la hora de situaciones de alto estrés que se parezcan, pueden entrar en parálisis de acción, el déficit motivacional y emocional. Lo que se tiene que hacer es un reaprendizaje, asumir las responsabilidades para que ya no vuelva a pasar”, recomienda Rivas.
Asegura que en un entorno de fama, dinero y mujeres como el que tiene el futbolista, no es fácil el proceso, pero actitudes como las de Miguel Layún y Javier Hernández de pedir disculpas es positivo.