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Los pasajes de aquel 6-0 contra Alemania, en el ya lejano 6 de junio de 1978, aún están frescos en la mente de Leonardo Cuéllar. La herida queda expuesta en cuanto el otrora seleccionado mexicano observa la paliza de Chile sobre el Tri en la Copa América Centenario.
“Desde luego que no fue una experiencia fácil de digerir”, rememora Leo. “Nosotros ya habíamos empezado mal el Mundial, habíamos perdido el partido que no deberíamos perder para aspirar a hacer algo bueno. Veníamos de esa derrota contra Túnez. Llegas a un partido ante Alemania, cuando tienes que ganar los siguientes dos o empatar y ganar para aspirar a pasar el grupo”, reflexiona Cuéllar, a manera de terapia, tras aquel 6-0.
“Quieres reaccionar de inmediato y te haces más vulnerable”, acepta. “Alemania aprovechaba los espacios a nuestras espaldas. Veníamos de una gran decepción, días antes, y venía pesando en la mente del equipo, por las posibilidades que teníamos de avanzar y porque habíamos creado una expectativa en el país de que era un grupo joven, pero talentoso que podría tener un buen Mundial”, explica, comparte.
“Desde luego no es fácil regresar a casa. Recuerdo que algunos jugadores hasta tuvimos seguridad por las reacciones que había tenido la gente. No son momentos fáciles, pero ese es el futbol mexicano y otra vez a empezar de cero, a recuperar la imagen, el nivel y el prestigio que llegaste a tener”.