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De pared a pared o bloque contra bloque. Final felina o universitaria —como se le quiera llamar— que premia la fórmula de Miguel Mejía Barón, mentor de Ricardo Ferretti y de Guillermo Vázquez, estrategas de Tigres y Pumas, respectivamente.
Ex seleccionador nacional en la época del histórico subcampeonato en la Copa América 1993 y también durante el Mundial Estados Unidos 1994, catapultó previamente a los Pumas rumbo al título de Liga —en 1990-91— a costa del América. Año del ‘Tucazo’, figura que con el correr de las edades ha heredado al doctor y que hoy reúne, como a una gran familia, a dichos personajes.
El ‘Tuca’, monarca como estratega de Chivas (Verano 1997), Pumas (Clausura 2009) y Tigres (Apertura 2011), ingresa como favorito a la batalla contra su ex compañero y ex auxiliar técnico en el Club Universidad (Clausura 2009).
Guillermo Vázquez, campeón con Pumas en el Clausura 2011, puede presumir otra final, enfundado en los colores del Cruz Azul, que se quedó a nada de conquistar.
Armados en el mismo formato (4-4-2), Tigres intentará sacar provecho, esta noche, a su condición de local, en el estadio Universitario. La presión que genera el ‘Volcán’ y el despliegue del ataque norteño significan un verdadero reto para la criticada tropa de Memo Vázquez.
Dos volantes alegres, de la talla de Jürgen Damm y Javier Aquino, pondrán de cabeza a la visita capitalina. Rafael Sobis y André-Pierre Gignac simbolizan la eficacia, solidarios con el formato defensivo del polémico entrenador brasileño.
Sin salirse del librito, suele refrescar su ataque con Damián Álvarez y Joffre Guerrón. La plantilla, reforzada con una sólida banca, ha permitido al ‘Tuca’ darse el lujo de emplear un cuadro alterno al inicio del certamen, debido al cierre de la Libertadores en el arranque del certamen de Apertura 2015.
Finalista en Sudamérica y víctima del River Plate argentino, Tigres ha empleado una base suplente en el inicio de la competencia liguera y a pesar del par de tropiezos en las dos primeras jornadas, hoy luce mejor que el líder general Pumas.
En cero durante siete encuentros, Tigres no pierde desde aquel par de tropiezos, justamente frente a Pumas —en la fecha 10— y Puebla, en la 11. A partir de entonces, 10 juegos sin derrota, seis de ellos ganados.
La racha regia contrasta con los altibajos auriazules en las últimas ocho batallas: cuatro victorias, un empate y tres descalabros. Polémicas decisiones arbitrales a su favor, ante Veracruz y América, además de múltiples reproches por avanzar a la final en la serie contra las Águilas.
Tigres ha pecado de indisciplinado. Registra seis expulsiones contra dos de Pumas en todo el semestre. Batalla que en teoría debería ser de mucha garra... Aunque alimentada por férreas paredes.