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Ya sin unidades en disputa, la Liguilla suele ser un utópico paraíso futbolístico para los aficionados, quienes anhelan presenciar cotejos con marcadores abultados. A final de cuentas, el formato de la fase final luce diseñado para dinamitar las áreas contrarias... Hasta que aparecen esos equipos que desquician al de enfrente con base en orden y precisión de billarista.
Porque el balompié también es defensa. Para muestra, la media docena de conjuntos —en la historia de los torneos cortos— que llegaron a la ‘Fiesta Grande’ con la etiqueta de ser los menos vulnerados y dieron la vuelta olímpica.
El más reciente son los Xoloitzcuintles de Tijuana. Hace tres años, el equipo entonces dirigido por Antonio Mohamed admitió 12 tantos en la fase regular y sólo cuatro durante la postemporada. Esa solidez le permitió coronarse, pese a sólo marcar nueve goles en la Liguilla.
Los Tigres, uno de los candidatos a ceñirse la corona, basaron buena parte de su buen desempeño —este semestre— en la fuerza de la zaga. Sólo recibieron 16 goles, y lo mejor para ellos es que quien los dirige conoce la fórmula para llegar a la cúspide gracias a maniatar al rival.
Ricardo Ferretti es el único entrenador, en los certámenes a una vuelta, que ha coronado a su equipo tras ser el menos vulnerado en la etapa regular (Pumas-Clausura 2009 y los propios Tigres del Apertura 2011).
Eso sí, defender no significa contener los embates del contrincante hasta la última línea, según opina Raúl Arias.
“Hoy, existen equipos que tienen una propuesta diferente: te presionan desde arriba, no te dejan salir, y —de alguna forma— eso va imponiéndose”, considera el estratega que guió al Necaxa hasta el título del Invierno 1998. “El torneo pasado, en la Liguilla, Chivas va y puede maniatar a Santos en su casa, 0-0... Lo limita, reduce y ya, pero Guadalajara sale como local buscando mantener esa ventaja; Santos —sin complejos— fue, propuso, atacó y terminó goleando [3-0]”.
Por lo que está seguro de que “hay que saber cuándo debes defenderte y cuándo atacar... Eso es lo complejo. Y la base de todo se reduce a que tengas buenos jugadores. Si los tienes, saben presionar arriba, cuentan con mucho sacrificio, pueden hacer la diferencia”.
No es que infundir temor en las porterías sea la fórmula equivocada. El equipo con la ofensiva más productiva se ha coronado 11 veces, porque —según Arias— no cualquiera puede llegar al éxito con base en un esquema que pondere la solidez en la retaguardia.
“Si la característica de tu equipo es contar con jugadores que defensivamente son aptos, tienes que hacer que gire alrededor de eso, pero si su tendencia es atacar y atacar, sin esa vocación de defender, tampoco puedes hacerlo [tirarte atrás]... Debes soltarlo”, aconseja.
Depende de los Tigres.