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Carson, California.— Ese sentido grito que ya es ‘copyright’ de Raúl Gutiérrez apareció hasta el último instante de la primera mitad. El director técnico de la Selección Mexicana Sub-22 sabía que su equipo era superior a Costa Rica, más necesitaba reflejarlo en el marcador.
Es por eso que el ‘Potro’ celebró la malabaresca finta de Érick Torres. El zaguero William Fernández mordió el anzuelo, desvió el balón y dejó congelado al meta Darryl Parker (45’). El 2-0 otorgó la paz que necesitaba el Tricolor.
Tranquilo debut en el Preolímpico para un grupo de chicos obligado a intentar emular la hazaña protagonizada hace poco más de tres años sobre el pasto sagrado del estadio Wembley. El primer paso era superar a los ticos... Y lo hizo con bastante autoridad.
La goleada (4-0) no fue mayor, porque los mexicanos no lo quisieron. Nueve de los titulares empleados por el ex defensa están consolidados en la Primera División. El guardameta Gibrán Lajud (Xoloitzcuintles de Tijuana) y el volante de contención Víctor Guzmán (Pachuca) son los únicos que todavía luchan para no ser devorados por la globalización futbolística.
Calidad que provocó cierta confianza. Siempre se supieron mejores, por lo que sólo pasearon el esférico durante los últimos 25 minutos del primer tiempo.
Para entonces, su ego ya había sido alimentado por el tanto de Marco Bueno. La Selección Mexicana tardó casi 20 minutos en construir un verdadero ataque sobre la portería costarricense, pero fue letal. Mazazo en el ánimo tico.
La combinación de Rodolfo Pizarro y Alfonso González fue coronada con el preciso servicio del talentoso volante atlista. Lo demás, rutina para un depredador con cara de niño. Marco Bueno ofreció una cátedra de definición con el sutil toque que abrió el marcador (19’).
Déjà vu para los últimos dos que tocaron el balón. Hace cuatro años, fueron piezas clave en el representativo que dio a México su segundo cetro mundial Sub-17. Sí, Gutiérrez era el entrenador.
Y no ha perdido la fe en ellos. Lo que explica la desesperación irradiada cuando sus chicos parecían estar satisfechos por la mínima ventaja y juguetear con la pelota.
Los ticos jamás infundieron temor ante los poco más de 3 mil aficionados mexicanos que acudieron al StubHub Center, pero el ‘Potro’ no es adicto a ese masoquismo que el combinado mexicano —en cualquier categoría— suele practicar ante rivales de la Concacaf.
Los adornos de González y Raúl ‘Dedos’ López fueron censurados desde el banquillo. No hay tiempo para el lucimiento personal, al menos no con el juego apretado.
Bueno e Hirving Lozano sí lo tuvieron cerca del ocaso. El ‘Chucky’ inició la fabricación de la obra de arte con el pase de tres dedos que reposó en el pecho de Bueno, quien se mantuvo a la altura para dar el último toque a la red (77’).
El ‘Cubo’ cerró la noche con un festejo (88’) que debió ser invalidado por fuera de juego.
Fue lo de menos. El primer paso rumbo a Río de Janeiro 2016 está dado, y fue sólido. Sigue Haití, mañana.