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daniel.blumrosen@eluniversal.com.mx
Conforme se acerca el inicio del partido, las filas se hacen más largas, interminables para algunos, pero el amor por la combinación que crean el azul y el amarillo, además del deseo de colaborar, desvanecen la desesperación. Es el americanismo en modo altruista.
Miles de seguidores azulcrema colaboran en la promoción de su directiva, que obsequia dos entradas para el juego contra el Querétaro a cambio de cinco productos no perecederos que serán enviados a las zonas afectadas por el huracán ‘Patricia’. Los centros de acopio, ubicados en cada zona de torniquetes del Estadio Azteca (Calzada de Tlalpan y Avenida del Imán), abren a las 14:00 horas, pero la ayuda llega de forma esporádica.
Hasta que la marabunta se acerca para cumplir el ritual de cada quincena. Los que desean colaborar saben que los productos serán recibidos hasta las 5 de la tarde, hora en la que inicia el encuentro. Es por eso que no hay prisa, aunque sí aglomeraciones después de las 16:00 horas.
La inmensidad del ‘Coloso de Santa Úrsula’ invita a arribar muy cerca del arranque, salvo partidos de alta demanda. La visita de Gallos Blancos no lo es, por lo que la afición llega tranquila… Y con innumerables bolsas de plástico.
Respuesta que rebasa las expectativas de los mandos americanistas. Las pequeñas camionetas destinadas para aglutinar la ayuda se llenan cuando todavía falta media hora para el cotejo. Agua embotellada, latas de atún, sardinas, papel higiénico, arroz, frijoles y leche en polvo se multiplican en las manos de los voluntarios que colaboran para hacer más rápido el ingreso.
Hay entradas disponibles en taquillas, pero muchos prefieren acudir a las tiendas de conveniencia cercanas al inmueble o a los puestos en la explanada para comprar botellas con agua y canjearlas por dos entradas. Los innumerables productos recibidos y el descenso de categoría que ha experimentado ‘Patricia’ provocan que el Azteca sólo sea centro de acopio la tarde del sábado. Se había planeado que también hoy. Ya no es necesario.
“Todos ganamos con esto. Compramos cinco botellas, pagamos 70 pesos y nos dieron dos boletos. Cada uno costaba 100, así es que me ahorré 130 y hasta ayudé a la gente que está sufriendo por lo del huracán”, revela Martín García, quien acude acompañado de su novia.
El Querétaro no es un club que sea imán de taquilla. La entrada no alcanza los 30 mil espectadores, pero la directiva tenía estimado intercambiar poco más de dos mil ‘tickets’. Todos se esfumaron.
La hora de cierre es alargada por las interminables filas. La entrega de víveres continúa mientras el Azteca ya ruge por las primeras emociones de un encuentro que sirve para sumar ayuda.