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En el duelo de las dos defensas más goleadas del campeonato español, el Rayo se impuso con contundencia al Espanyol (3-0), en un partido en el que se adelantó con un tanto de Trashorras de penalti y sentenció en la segunda mitad con un doblete de Javi Guerra, cuando el conjunto catalán ya jugaba con uno menos por expulsión de Víctor Sánchez.
Después de tres derrotas consecutivas ante Sevilla, Betis y Barcelona, el Rayo afrontó la cita con el Espanyol con las urgencias de no dejar escapar más puntos de Vallecas para no prolongar esa racha negativa que le estaba acercando al descenso.
El Espanyol, temido por su contragolpe intentó basar su fútbol en la intensidad defensiva, el orden táctico y la rapidez de Marco Asensio y el ecuatoriano Felipe Caicedo, sus dos hombres más adelantados.
Esa táctica no le valió al Espanyol para puntuar en Vallecas, pese a que a los diez minutos el conjunto catalán avisó con un remate de cabeza de Víctor Álvarez que Toño despejó para mandarlo al travesaño.
La respuesta del Rayo no se hizo esperar y a los diecisiete minutos Ebert, de cabeza, mandó un balón al palo derecho de la portería de Pau López.
A partir de esa jugada el encuentro languideció con la posesión del Rayo, con mucho juego en la medular y sin ocasiones para ningún equipo hasta que a los 34 minutos Enzo Roco derribó a Javi Guerra dentro del área y el colegiado pitó penalti. Trashorras, desde los once metros, no falló y adelantó al conjunto madrileño.
Con desventaja, el Espanyol tuvo que dar un paso adelante y exponer más en ataque, lo que permitió que el Rayo, sobre todo con Lass, hiciera mucho daño a la zaga blanquiazul, aunque el guineano, tras un fallo en un contragolpe, fue sustituido por Bebé.
El partido se le terminó de complicar al Espanyol mediada la segunda mitad, cuando parecía que estaba despertando y se quedó con uno menos por la expulsión de Víctor Sánchez.
Esa circunstancia la aprovechó el Rayo, que, comandando por Bebé desde el extremo izquierdo, se hizo dueño del encuentro y amplió su diferencia a los 75 minutos con un gol de Javi Guerra, que empujó a la carrera dentro del área pequeña un balón centrado por el portugués.
Dos minutos después, Javi Guerra terminó de redondear su actuación con una acción individual que culminó con un disparo a media altura desde fuera del área que supuso el tercero del Rayo.
En el descuento, el Espanyol pudo recortar distancias con un penalti que supuso la expulsión de Tito por doble amarilla y que lanzó Burgui y paró Toño.