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daniel.blumrosen@eluniversal.com.mx
Toluca.— Su sonrisa se acentúa más por la falta de ese bigote que es ‘copyright’ de un ogro que mutó, aunque sea un poco, en el banquillo nacional.
Ricardo Ferretti se va agradecido del Tricolor, con la satisfacción de que cumplió la misión, que era clasificar a la Confederaciones Rusia 2017, y el deseo de no volver.
No es que el cargo le desagrade. Siempre estuvo consciente de que su rol era de especie de catalizador, por lo que volver significaría que la situación volvió a tomarse álgida. Es por eso que, como hace años, expresa su deseo de tener otro oficio.
“Creo que regresaré a ser barrendero”, sentencia, risueño. “Regreso a mi trabajo [con los Tigres]. No voy a ser ni más ni menos. Seguiré siendo el mismo, porque habrá críticas. Voy a seguir siendo el mismo: me voy a encab..., me voy a enojar, me seguirán expulsando”.
Volverá el bigote y ese temperamento que le distingue. Mientras eso pasa, disfruta sus últimas horas en un cargo al que le ha colocado paños fríos. La victoria sobre Estados Unidos (3-2) y, sobre todo, la unión con los futbolistas representan su legado, aunque no se va del todo satisfecho.
“Cumplimos, pero la realidad es que el tiempo fue muy corto. Es complicado para cualquier entrenador”, lamenta. “Si hubiéramos tenido más, habríamos jugado mejor”.
Antes de realizar su último viaje con los seleccionados, se despide efusivamente de varios, en especial los ‘europeos’, esos que fueron acusados de generar mal ambiente.
Raúl Jiménez, Héctor Herrera y Jesús ‘Tecatito’ Corona fueron los que le mostraron mayor agradecimiento. Es el ‘Tuca’ amigo, el que modificó la esencia de un equipo que tomó roto.
“Los encontré bien y creo que los dejo igual de bien, porque habían sido campeones de la Copa de Oro y ahora se consiguió el pase a la Confederaciones. Son jugadores capaces y dispuestos a todo. Lo que les dije es que no hay gigante. Ellos querían sentirse a gusto al jugar, porque es más difícil bajo obligación”.
Pero ni esas muestras de afecto le hacen perder el piso. Se limita a agradecer la ayuda por haber cumplido la misión. “Nunca fue mi intención dejar huella. Lo que quería era lograr un objetivo”, asegura. “Si todos estamos conscientes de que estamos juntos, la probabilidad de un quinto o sexto partido [en el Mundial] será mayor. También estoy seguro de que ya no sufriremos tanto, porque debemos recordar cómo clasificamos a Brasil 2014... Lo hicimos en la reclasificación”.
Por lo que solicita buen trabajo y estabilidad, virtud que espera observar a la distancia. Se ha reunido con Juan Carlos Osorio, quien le sucederá en el cargo a partir de hoy. Lo califica como alguien “bastante capacitado, estudioso”.
“No pienso en volver a la Selección, porque estaría deseándole el mal”, insiste. “Todo este proceso fue muy satisfactorio. Me siento muy agradecido con los muchachos, porque me cobijaron... Fue como un buen matrimonio”.
Entregó buenas cuentas. Tanto, que desaparecieron, aunque sea por ahora, el bigote y el mal humor.