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edgar.luna@eluniversal.com.mx
Dallas.— Quito, 1993. Final de la Copa América en la que se enfrentan Argentina y la sorprendente Selección de México.
El Tri, dirigido por Miguel Mejía Barón, empataba con los albicelestes cerca del final del juego, con gol de Benjamín Galindo. Gabriel Batistuta había anotado por el rival. Todo pintaba para que el juego se fuera a penaltis, hasta que el llamado ‘Batigol’, de nueva cuenta, sentenció el juego.
Ahí comenzó la hegemonía de Argentina sobre México; ahí comenzó el sufrimiento de la Selección Nacional cada vez que se ha encontrado frente a los pamperos que, se quiera o no, nos han tomado la medida en los juegos determinantes.
Después de la final celebrada en Ecuador, hay que remontarse hasta 2005, en las semifinales de la Copa Confederaciones de Alemania. El conjunto dirigido por Ricardo Antonio La Volpe llevó el juego hasta los penaltis después de que en tiempo regular, se empató a un gol, y en esa instancia, México también fue víctima.
Luego, la escuadra albiceleste dejó en el camino a la escuadra tricolor en la Copa del Mundo 2006, la Copa América 2017 y la Copa del Mundo 2010.