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edgar.luna@eluniversal.com.mx
Ya en la oscuridad, con ese cobijo que sigue al crepúsculo, la asfixia que genera el tramo final del verano texano reduce considerablemente, pero Gerardo Martino desea que el sufrimiento del Tricolor sea aún mayor a la luz de la luna.
Sonriente, el ‘Tata’ planea el juego amistoso de mañana por la noche en el ‘Palacio de Cristal’ edificado para los Cowboys de Dallas. Delantera cinco estrellas para un estadio cinco estrellas, con la Selección Mexicana como examen de un representativo dispuesto a presumir su lujoso arsenal.
El subcampeón del mundo no se guardará algo en el cierre de su mini gira por Estados Unidos. Según lo visto en las prácticas, Argentina empleará a Lionel Messi y Carlos Tévez, acompañados por el prometedor juvenil Ángel Correa, en el ataque para el juego ante los dirigidos por Ricardo Ferretti.
Trinitrotolueno en su estado más puro, con el objetivo de dinamitar el marco de un equipo en plena transición que tiene al ‘Tuca’, como simple ‘bombero’, mientras se halla a quien acepte el reto de dirigir a un representativo capaz de meterse en líos dentro y fuera de la cancha.
Martino reservó a varias de sus figuras en el amistoso del viernes ante Bolivia, en Houston. Sabía que la percha le sería suficiente para resolverlo. No se equivocó. Algunos de sus astros sólo ingresaron para hacer más amplia la diferencia (7-0).
Historia que modificará en el estadio AT&T. Además de la ‘Pulga’ y el ‘Apache’, echará mano de bastiones como Javier Mascherano, Martín Demichelis, Éver Banega y Nicolás Otamendi, zaguero central que hace poco fue vendido del Valencia al Manchester City en casi 70 millones de dólares.
A un mes de iniciar la eliminatoria mundialista rumbo a Rusia 2018, contra Ecuador en Buenos Aires, Martino quiere dejar una buena impresión y realizar los últimos experimentos de cara a la hora cero. Sí, la Selección Mexicana fungirá como símil de conejillo de indias ante una combinación que promete explosiones continuas.
En la que llama la atención Nahuel Guzmán, ese gigante traído al futbol mexicano por Ferretti hace poco más de un año. Es el único miembro de la Albiceleste que conoce perfectamente al ogro bigotón. Será guardameta y espía de lujo.
Sólo él (Tigres), el volante Fernando Gago y Tévez (ambos con el Boca Juniors), militan en clubes pertenecientes a este lado del océano Atlántico. Plegada de futbolistas habituada a provocar jaquecas en diversos representativos, incluido el mexicano.
El tridente del ‘Tata’ ha marcado 62 goles con la elástica albiceleste. Messi aporta 48, para ser el segundo máximo realizador en la historia del dos veces monarca del orbe. Está a ocho de Gabriel Omar Batistuta. Simple cuestión de tiempo.
Podría acercarse un poco más sobre ese césped que será colocado específicamente para el partido. Los Cowboys juegan sobre superficie sintética, pero una de las principales exigencias de la Federación Mexicana de Futbol a Soccer United Marketing (SUM), para los choques de este lado de la frontera, es que se efectúen en pasto natural... Sobre todo ante un rival de linaje.
Ese que tiene al genio de bolsillo como incomparable figura. El Tricolor tampoco ha escapado a su magia. Le ha hecho dos tantos. El primero, aquella obra de arte sobre Oswaldo Sánchez, en la semifinal de la Copa América Venezuela 2007. Vaselina que hizo estéril el lance del hoy retirado meta.
Tévez también tiene un par de festejos ante los mexicanos. Dolorosos. Sellaron la victoria sudamericana (3-1) en los octavos de final del Mundial Sudáfrica 2010.
Depredadores consagrados reforzados por ese chico al que bastó tocar un balón para firmar su primera anotación como seleccionado argentino.
Esa eficiencia acentúa la sonrisa de Martino, cuyo rival de mañana podría sentirse más asfixiado dentro del campo que con la alta temperatura del inclemente verano texano.
jram