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Tras más de 51 años, el gigantesco reloj digital que atestigua bajo la tribuna noroeste de la cancha del Hamburgo la permanencia del club en la primera división alemán seguirá funcionando.
El Hamburgo, el "dinosaurio" de la Bundesliga alemana, demostró hoy que aún no está peligro de extinción. Con una milagrosa victoria por 2-1 ante el Karlsruhe, de segunda división, el tradicional equipo del norte alemán se salvó a último momento de caer por primera vez a segunda división y perder la etiqueta de único equipo que se mantuvo en primera desde la fundación de la Bundesliga en 1963.
En el partido de ida en Hamburgo, un tardío empate de Ivo Ilicevic le aseguró un 1-1 y lo dejó obligado a ganar o igualar por más de un gol para mantenerse vivo. El club con el sexto mayor presupuesto de la Liga había acabado en el antepenúltimo puesto.
El resultado revirtió a último momento un declive constante del conjunto, que ya el año pasado se salvó por muy poco de bajar a segunda, con dos empates en la repesca con el Greuther Fürth.
Cuatro técnicos, el último de ellos, Bruno Labbadia, intentaron enderezar una temporada en la que el Hamburgo acumuló 17 derrotas y anotó sólo 25 goles.
Labbadia, que regresó al Hamburgo tras cinco años, sacó todo el provecho posible al plantel y obtuvo diez puntos de seis partidos. Sin embargo, la ida contra Karlsruhe dejó al descubierto las falencias del equipo frente a un rival de segunda. Y hoy iba en el mismo camino, hasta que el chileno Marcelo Díaz lo rescató con un tiro libre en el último minuto para forzar la prórroga.
En el suplementario, Nicolai Müller anotó el gol de la salvación, aunque hubo un poco más de sufrimiento: el arquero Rene Adler le atajó un penal en el minuto final al Rouwen Hennings, aunque igualmente no hubiese cambiado la historia porque el 2-2 favorecía a los hamburgueses.
Labbadia fue fichado por el antiguo mánager Dietmar Beiersdorfer, quien regresó a la junta directiva con la misión de mejorar la suerte del club, con una plantilla de jugadores de sueldos elevados y una cantera poco provechosa.
Con una larga historia de 128 años, el Hamburgo es uno de los grandes clubes de Alemania y una marca reconocida en el exterior, con un palmarés de seis títulos de Liga, tres Copas Alemanas y dos Copas Europeas. Sin embargo, las glorias pertenecen al pasado. El último título conquistado, una Copa, data de 1987.
"La pérdida de categoría sería una catástrofe para el club y para la ciudad" , había pronosticado el legendario Uwe Seeler, el presidente de honor del club por el que pasaron otros grandes como Franz Beckenbauer, Günter Netzer y Felix Magath.
Según datos del diario local "Hamburger Abendblatt" , el club cerrará el ejercicio con pérdidas de diez millones de euros (11 millones de dólares) , el doble de lo calculado y la quinta temporada consecutiva de números rojos.
En la segunda división hubiese estado obligado a ajustarse el cinturón debido a la caída de más de la mitad de los ingresos por derechos televisivos, la posible partida de auspiciantes y una menor recaudación por ventas de entradas. Sin embargo, el "dinosaurio" revivió a último momento y demostró que por ahora no está en peligro de extinción.