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Anthony Joshua dio una muestra de carácter y jerarquía. Venció al ucraniano Wladimir Klitschko por nocaut técnico en el undécimo asalto y retuvo la corona de peso pesado de la FIB y conquistando los de la AMB y OMB, en un vibrante combate en el estadio de Wembley ante 90 mil espectadores.
Joshua dominó en los primeros asaltos, pero cayó a la lona en el sexto capítulo. El inglés logró el triunfo después de derribar a su rival dos veces en la penúltima vuelta, cuando el árbitro frenó el combate por el mal estado en el que se encontraba el ucraniano.
Gracias a su victoria, sumó el cinturón de la Asociación Mundial de Boxeo, así como el menos significativo de la Organización Internacional de Boxeo. Además, extendió su récord a 19 combates invicto, todos ganados antes del límite.
Demostró que tiene el carisma suficiente para revitalizar una categoría que viene muy golpeada en los últimos años, en especial por la situación de Tyson Fury, el anterior campeón que debió dejar su cetro por sus problemas con las drogas.
“¿Dónde está Fury?”, gritó Joshua ante un enfervorizado Wembley.
Fue la primera derrota por KO técnico de Klitschko desde que el estadounidense Lamon Brewster lo derrotara en 2004. Dejó pasar la oportunidad de sumarse a Muhammad Ali, Lennox Lewis, Evander Holyfield y su hermano Vitali como los únicos capaces de ganar tres veces el cetro mundial de los pesados.