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alejandro.rodriguezd@eluniversal.com.mx
Martha Salazar y Alejandra Jiménez comparten las mismas ilusiones y dilemas dentro del boxeo. El amor al pugilismo, con el sueño de ser campeonas mundiales, pero con la dificultad de encontrar rivales de su peso, debido a las pocas mujeres que incursionan hasta la división de los pesos completos.
“Mi camino en el boxeo de mujeres y, sobretodo en mi peso, ha sido muy difícil. No ha habido muchas mujeres que se hayan involucrado en este deporte en mi peso, así que casi no tengo muchas peleas. Apenas sumo 17 combates, que son poquitos para los años que llevo en el boxeo. Sé que es difícil, pero me gusta enseñar esta disciplina y mostrar a la infancia que si uno persevera se pueden alcanzar las metas”, comparte Martha, la campeona del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), con 15 años como profesional.
Martha vive en San Francisco. Pero en charla con EL UNIVERSAL revela que ella nació en Ocotlán, Jalisco, pero desde los nueve años se mudó a Estados Unidos.
Conocida en los encordados como ‘The Shadow’, incursionó primero en el kick boxing ante la necesidad de saber defenderse tras ser agredida por un grupo de chicas, cuando estudiaba la secundaria. Poco tiempo después, un entrenador le habló sobre el boxeo femenil, una rama que empezaba a tomar fuerza a finales de los 90.
“Creí que iba a ganar mucho dinero al ver las peleas de los hombres como Mike Tyson, pero pronto me di cuenta que no eran las mismas condiciones para nosotras”, recuerda la mexicanoestadounidense.
Después de perder por tercera ocasión contra Vonda Ward por el título mundial, se retiró en 2007. Ya no encontraba tampoco más rivales que la quisiera enfrentar. Pero regresó cinco años más tarde, cuando le dijeron que había nuevas chicas profesionales en su división dispuestas a aceptarle el reto.
Finalmente, en 2014 se midió ante Tanzee Daniel a quien derrotó para adueñarse del centro del CMB.
“El amor a este deporte aún lo conservo. Muchas personas me señalan que ya estoy vieja, que tengo 45 años. Pero sólo es un número. Al final es como uno se sienta. Yo subo al ring y me siento con mucha fuerza. Por ello quiero continuar boxeando hasta que ya no pueda más. Calculo que lo puedo hacer por dos o tres peleas más”, apunta.
Alejandra Jiménez reconoce las mismas dificultades para encontrar adversarias. Pero, en su caso, todo ha cambiado desde que encontró a un promotor que confiara en su potencial de crecimiento.
“A nivel nacional es bastante difícil encontrar a otra mexicana de mi división que sea peso natural. Pero caí en las mejores manos como son las de mi promotor Pepe Gómez, que es alguien con mucha visión y que se ha encargado de buscarme rivales”, dice Jiménez.
La ‘Tigre’ es capitalina. Chef de profesión. Empezó en el boxeo para bajar de peso, pues su salud empezaba a mermarse. Se puso en forma, probó una pelea profesional y ahora se dedica de tiempo completo al deporte de los puños.
Pese a sumar cinco peleas y menos de dos años como profesional, enfrentará a Salazar por el cetro del CMB el 18 de marzo, en Cancún. Una dura adversaria, pero también una colega con la que comparte las dificultades de ser peso completo en una rama con pocas mujeres.
“Martha es mi ídolo y yo la veía con ojos de una fan. Sin embargo, una cosa es abajo del ring y otra diferente arriba, en donde ya se ve como rival”, aclara Jiménez.