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Rodeada por una cuarentena de jóvenes con perfectas colas de caballo, Lineisy Montero se sabe diferente. Ni las lujosas prendas confeccionadas con piel de avestruz que todas visten logran nublar su singular belleza, caracterizada por un cabello al estilo afro y su piel morena. La modelo de República Dominicana recorre la pasarela sin imaginar la ola de comentarios que acompañaría su debut en la industria de la moda.
La artífice de este momento no ha sido otra que Miuccia Prada, quien ha lanzado a la fama a célebres rostros de la industria del modelaje, como Daria Werbowy, Sasha Pivovarova y Lara Stone, todas provenientes de Europa.
La creadora italiana no solo eligió a Montero para formar parte de su desfile Otoño/Invierno 2015, sino que además le permitió mostrar su cabello tal cual, sin recurrir a extensiones para conseguir una impecable cola de caballo como la que lucieron sus compañeras.
Una sola presentación bastó para que las más prestigiadas casas solicitaran los servicios de esta joven de 19 años, quien fue descubierta en un parque de diversiones en su país natal. De Coach a Balmain, pasando por Céline, Versace, Givenchy y Louis Vuitton, la modelo está acaparando la atención de propios y extraños por su particular belleza, la cual ha quedado retratada en la campaña Primavera/Verano 2016 de la firma Chanel, para la que fue elegida por el propio ‘káiser de la moda’, Karl Lagerfeld.
Abriendo caminos
Si bien en los circuitos del modelaje se habla continuamente sobre la celebración de la diversidad, los hechos suelen apuntar hacia todo lo contrario. De acuerdo con un estudio publicado por el portal The Fashion Spot, en los 373 desfiles realizados a lo largo de 2015, casi el 78 por ciento de las apariciones en éstos fueron de modelos blancas. El porcentaje restante fue disputado entre mujeres orientales y de raza negra, lo que deja en una posición de desventaja a las jóvenes oriundas de América Latina.
En 2010, por ejemplo, la puertorriqueña Joan Smalls se convirtió en la primera latina en firmar un contrato de belleza con Estée Lauder, y dos años más tarde fue la primera mujer de color en protagonizar una campaña de Chanel. Al respecto, Prada incluso tiene registros que avivan la controversia: durante 15 años —de 1993 a 2008— ninguna modelo de color formó parte de sus desfiles.
El debut y agitado ritmo de trabajo de Lineisy Montero nos habla, sin lugar a dudas, de la necesidad de las casas de moda —y también de los consumidores— de mostrar la verdadera belleza, aquella que no está condicionada por el color de piel, por semblantes perfectos o por siluetas espigadas. “Solo soy yo misma. Quiero vivir y ser reconocida por mi trabajo, no por mi cabello o el color de mi piel”, declaró la top a la revista i-D. No cabe duda: su filosofía la seguirá llevando más lejos.