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A poco más de un mes de su partida, el caso se llevó a los tribunales y esta semana se reunieron los abogados de ambas partes.
La decisión se tomó debido a que el seis de noviembre la propietaria Shaw-Lan Wang y la directora Michèle Huiban informaron a sus empleados a través de una carta que la despedida del creativo se debió a la calidad de sus últimos diseños, así como los desacuerdos entre las partes involucradas.
Como consecuencia, Alber Elbaz respondió una semana después a las acusaciones señalando que en realidad las bajas ventas se debieron a estrategias de marketing ineficientes, e igualmente señaló que buscaría un recurso legal ante su difamación.
Por su parte, los empleados de la empresa exigieron una indemnización para el creativo israelí en su preocupación por el desbalance económico y social como consecuencia de su destitución.
No obstante, Johann Sultan, abogado de Lanvin proveniente de CBR & Associés, negó su petición.
“No hay ninguna razón para pagar al señor Elbaz 20 o 40 millones” expresó ante la corte, de acuerdo a información del sitio wwd.com.
Posteriormente, Sultan señaló que en ningún momento se cuestionó la creatividad de Elbaz y que los empleados tenían información incorrecta, por lo que el despido se debió a intereses económicos que el creativo llevó a cabo para encontrar un comprador para la empresa.
Igualmente, se pidió a los jueces que se deshicieran de los documentos publicados en la empresa, entre estos dos cartas escritas por Elbaz.