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Apostar por prendas que resulten funcionales a diario y puedan combinarse entre sí establece las bases de un buen guardarropa. Los cortes y colores clásicos facilitan las ecuaciones de estilo y garantizan, al igual que los tejidos de buena calidad, la vida útil de las piezas. Una prenda que cada invierno logra desafiar los mandatos de la moda y se corona como monarca es, sin duda, el abrigo, que a lo largo del tiempo no sólo ha cumplido con su función de proteger del frío.
La elección correcta de este indumento, en lo que a silueta, color y tejido se refiere, determina su permanencia en el clóset y lo convierte en un sofisticado comodín para todas las mujeres en los días fríos. “El abrigo es perfecto para viajar, ir a una comida o salir tarde de una fiesta. Tomando en cuenta el clima incierto de las ciudades, se vuelve una pieza básica”, apunta José Ramón Hernández, coordinador de moda.
El actual abanico de propuestas –existen atractivos diseños desde las marcas de fast fashion hasta las más prestigiadas casas de moda– ofrece la oportunidad de explorar entre diferentes elementos y recursos para hallar la pieza que mejor le siente a cada quien y cumpla sus necesidades.
Hasta el mínimo detalle. “La primera razón para decidirnos por un abrigo debe ser que éste nos encante a primera vista: su tejido, silueta y detalles; después, debemos revisar que su material sea de buena calidad, así como su ajuste al cuerpo, el cual es importantísimo, ya que además de estilizar la figura, debe permitirnos llevar capas de ropa abajo, debido a los cambio de temperatura”, aconseja Paola Wong, directora creativa del sello mexicano Pink Magnolia.
Aun cuando los tejidos sintéticos reinan en la actualidad, los expertos recomiendan las fibras naturales, como la lana, ya que además de noble es cálida y de gran durabilidad. El cashmere es, asimismo, uno de los materiales más populares para la confección de esta prenda, empero, su costo es elevado en la mayoría de las ocasiones, pero su vida útil y elegancia están aseguradas.
Para quienes vayan a comprar esta pieza por primera vez, se sugiere apostar por un modelo en color clásico o neutro, como negro, gris, beige, café o azul marino. Las mujeres, de igual forma, tienen la posibilidad de elegir otras tonalidades, como camel –MaxMara es autora de un icónico modelo en este matiz–, ivory, palo de rosa, lila o algún color pastel. Para las más audaces, hay opciones en rojo o amarillo, colores que difícilmente pasarán de moda, pero con los que no todas las mujeres se sienten particularmente cómodas.
La diseñadora Paola Wong recomienda “contemplar los detalles de cada modelo, como los cuellos o los botones, ya que éstos marcan la diferencia entre uno y otro”. Hoy en día, este indumento se presenta con aplicaciones metálicas, bordados de lentejuela, lazos, diversos tipos de herrajes, asimetrías y cinturones, así como con solapas, cuellos o mangas recubiertas de pelo, tanto natural como sintético. No obstante, optar por un diseño con demasiados elementos pone en riesgo su atemporalidad, por lo que las compradoras deben ser precavidas al respecto.
Cada mujer con su abrigo. La elección del abrigo ideal debe ser minuciosa y en ningún momento apresurada, pues se deben comparar las diferentes opciones y probar varios diseños, para así identificar el que mejor le sienta a cada tipo de cuerpo. No importa si la mujer en cuestión es delgada, curvilínea o de baja estatura, ya que a través de los cortes y detalles de la prenda se puede lograr un equilibrio y disimular uno que otro defecto.
Quienes tengan unos kilos de más, deben preferir modelos que entallen ligeramente la cintura y posean una línea “A”, la cual resulta muy favorecedora para diferentes siluetas. Los abrigos lisos y en colores oscuros representan una buena alternativa, ya que estilizan la figura. Ellas, asimismo, deben evitar a toda costa las piezas con detalles o brocados, pues éstos suelen añadir volumen. Adquirir diseños muy entallados, contrario a lo que se piensa, evidencian los kilos de más en lugar de ocultarlos.
Las chicas delgadas, por el contrario, pueden decidirse por una pieza con cinturón integrado, ya que les ayuda a dar forma al cuerpo y centra la atención en esta zona. “Las líneas oversize, dado el volumen que proporcionan, lucen perfectas para este tipo de cuerpo y reflejan una imagen contemporánea”, asegura José Ramón Hernández.
Una baja estatura exige a las consumidoras elegir un abrigo con un largo preferentemente a la cadera o, máximo, unos cuantos centímetros arriba de la rodilla. Los modelos largos se permiten únicamente bajo su propio riesgo, pues además de que no reflejan proporción, ponen en riesgo la elegancia del look.
El busto grande, por otro lado, no compromete lucir impecable con esta pieza, sólo deben evitarse las creaciones muy ajustadas en la parte superior, con doble botonadura o con ornamentación en esta área, pues hay que recordar que los detalles enfocan la atención en la zona donde se sitúan. Una prenda de solapas breves y cuello mesurado es constituye una estrategia infalible.
Sumar al guardarropa el abrigo perfecto es una tarea minuciosa, pero no imposible. Su acertada elección garantiza la construcción de diferentes looks y una prolongada vida útil en el armario. Moraleja: protegerse del frío no significa sacrificar un solo grado de elegancia o estilo.