Más Información

Dan último adiós a profesora jubilada Irma Hernández, víctima de la Mafia Veracruzana; estupor e indignación crecen en la entidad

¿Por qué AMLO conmemoró los 700 años de la fundación de México-Tenochtitlán en 2021 y Sheinbaum en 2025?

CJNG ataca a familia en Aquila, Michoacán, y asesina a 2 niños y a un adulto; Consejo indígena exige justicia para las víctimas

Son reales en México las heridas causadas por el crimen organizado: secretario del Vaticano; hace un llamado a la paz

Ovidio Guzmán volverá a la Corte el 9 de enero de 2026 en Chicago; ese día establecerán la fecha de su sentencia
abida.ventura@eluniversal.com.mx
Las excavaciones que el Proyecto Templo Mayor realiza actualmente en lo que fue el recinto sagrado de la antigua Tenochtitlán sigue dando sorpresas. Uno de los últimos hallazgos que el equipo del arqueólogo Leonardo López Luján ha recuperado al pie del Templo Mayor es una ofrenda que contiene restos de fauna marina, un disco de oro y el esqueleto de un lobo.
De acuerdo con el arqueólogo, actualmente se encuentran en la recuperación de esta ofrenda que tiene problemas de conservación debido a que fue dañada por un drenaje construido durante la época porfiriana. “Lo que está más protegido es el esqueleto de ese lobo o loba”, comentó ayer el investigador después del recorrido por la exposición Nuestra sangre. Nuestro color, que se podrá ver en el Museo del Templo Mayor hasta el 20 de agosto. Integrada por 28 piezas representativas de la cultura mexica, la muestra revela resultados que se han realizado en torno al cromatismo en el arte mexica. “Lo que estamos encontrando es que no sólo las esculturas en rocas volcánicas estaban pintadas, sino también las de otros materiales, como los pedernales, la cerámica y el hueso humano”, dijo el arqueólogo. Una de las piezas protagonistas es precisamente un cráneo humano que fue decorado y pintado para representar a Mictlantecuhtli, dios de la muerte.