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Un total de 75.5 millones de dólares fue la promesa obtenida este lunes en una conferencia internacional en París para salvaguardar el patrimonio cultural amenazado por la guerra y el yihadismo, principalmente en Oriente Medio.
Esta suma representa tres cuartas partes de los 100 millones de dólares que espera reunir de aquí a 2019 la Alianza Internacional para la Protección del Patrimonio en las Zonas de Conflicto, una iniciativa lanzada por Francia, los Emiratos Árabes Unidos y la UNESCO.
En la cita celebrada el lunes en el museo del Louvre, Francia confirmó que movilizará 30 millones de dólares para este fondo, una cifra ya prometida en una conferencia celebrada en Abu Dabi en diciembre.
Los Emiratos Árabes Unidos anunciaron una contribución de 15 millones; Arabia Saudita, de 20 millones; Kuwait de 5 millones; Luxemburgo de tres y Marruecos, de 1.5 millones.
A estas sumas se añade la promesa de un millón de dólares del estadounidense Thomas Kaplan, empresario, coleccionista de arte y filántropo.
El total servirá para financiar acciones preventivas y de urgencia para luchar contra el tráfico ilegal de bienes culturales y para restaurar las obras dañadas.
Suiza, por su parte, se comprometió a apoyar las estructuras operacionales de la Alianza, un esfuerzo evaluado en ocho millones de dólares.
Otros Estados prometieron contribuir próximamente o aportar competencias científicas o diplomáticas, como Italia, Gran Bretaña, Alemania, China, Corea del Sur y México.
El objetivo es lanzar los primeros proyectos en los próximos tres meses, y la prioridad serán las zonas recuperadas de manos del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Irak.
La Alianza Internacional para la Protección del Patrimonio en las Zonas de Conflicto también prevé crear una "red internacional de refugios", integrada por museos nacionales y países terceros, donde podrán guardarse las obras amenazadas.
La idea se remonta a hace dos años, durante una visita del presidente francés François Hollande, a la sala del museo del Louvre consagrada a la civilización asiria, donde fue celebrada el lunes la conferencia.
En esa ocasión, Hollande denunció los saqueos de los sitios arqueológicos por parte del grupo EI y del régimen sirio. Justamente mientras hablaba, un comando yihadista tomaba por asalto el museo del Bardo en Túnez, dejando una veintena de muertos.
En marzo de 2001, la destrucción por parte de los talibanes de los Budas de Bamiyán, en Afganistán, creó estupor entre la opinión pública internacional.
Desde entonces, el Estado Islámico, Al Qaida y grupos afines saquearon las ciudades antiguas de Palmira (Siria), Nínive y Hatra (Irak), los mausoleos de Timbuctú (Malí), y el museo de Mosul (Irak), entre otras joyas patrimoniales.
"En Bamiyán, Mosul, Palmira, Timbuctú y en otros lugares, los fanáticos han hecho del tráfico, el saqueo y la destrucción del patrimonio cultural la prolongación de las persecuciones contra las poblaciones", denunció el lunes Hollande.
jpe