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Una estatua del dios azteca Quetzalcóatl (la serpiente emplumada) se ha convertido en una de las atracciones fundamentales de los Museos Vaticanos, tras haber sido ubicada en un sitio central de la sección etnográfica de ese complejo.
“Siempre se dijo que era uno de las piezas más importantes del Museo Etnológico pero ahora se le ha dado un espacio aún más destacado”, explicó Nicola Mapelli, responsable del sector que reúne obras de arte y creaciones originarias de numerosas culturas alrededor del mundo.
“Quisimos darle a esta estatua de Quetzalcóatl un espacio fundamental en el nuevo montaje, porque queremos valorizar estas grandes culturas y civilizaciones del pasado que tienen un mensaje para enseñarnos en el presente”, agregó.
Se refirió así a la renovada disposición del sector etnográfico en los Museos Vaticanos, que fue abierto esta semana a los visitantes tras varias semanas de restauración.
Mapelli recordó que los museos papales no sólo cuentan con piezas precolombinas originarias de México, sino también otras creaciones de comunidades indígenas como la huichol o la tarahumara, a las cuales también se busca dar realce para favorecer “el espíritu del diálogo”.
“Con esto buscamos preservar este mundo, este ambiente, estas culturas. El gran cuidado que los Museos Vaticanos y la Biblioteca Apostólica Vaticana tienen para con estas piezas del pasado es porque son también importantes en el presente”, insistió.
El Quetzalcóatl, tallado finamente en piedra, tiene número de inventario 101 mil 536 y llegó al Vaticano procedente del Museo Borgia, la colección privada del cardenal Stefano Borgia (1731-1804). Está datado entre 1325 y 1521.
Justo detrás de esa estatua fue ubicada la reproducción de un tramo del famoso Códice Borgia, un manuscrito ritual realizado probablemente a finales del siglo XV por las poblaciones mesoamericanas.
Compuesto por una continuidad de diseños multicolores, se desarrolla por más de 10 metros de largo y expresa las creencias rituales mayas y aztecas. En varias de sus partes aparece el mismo dios de la serpiente emplumada.
El Museo Etnológico del Vaticano fue fundado por el Papa Pío XI el 12 de noviembre de 1926 con las piezas llegadas a Roma con motivo de la gran muestra misionera, una magna exposición que concentró unas 100 mil obras provenientes de los más recónditos ángulos del planeta.
“Los Papas han querido que al interior de los Museos Vaticanos, en el mismo lugar donde se custodian las obras de Miguel Ángel y Rafael, se ubiquen también las obras de arte y creaciones provenientes de todo el mundo y de todas las épocas históricas”, explicó el director de los Museos, Antonio Paolucci.
“Australia y Oceanía, Asia, África y América, el mundo precolombino y el prehistórico: Cada expresión artística del horizonte cultural humano está aquí plenamente valorada”, añadió.
Esta misma semana fue presentado el catálogo titulado “Las Américas. Las Colecciones del Museo Etnológico Vaticano”, que reúne las imágenes y describe los detalles de las principales obras del continente en los anaqueles pontificios.
En el volumen las más destacadas creaciones procedentes de casi todos los países de la región, desde el Ártico hasta la Tierra del Fuego, son descritas con precisión y rigor científico.
“El texto quiere manifestar la atención y la cercanía de la Iglesia hacia todas aquellas poblaciones que se encargan de preservar las propias culturas y el propio ambiente natural ante los continuos intentos de quien, por interés personal, busca erradicar y olvidar la rica historia que hace tan extraordinarios y únicos estos pueblos”, precisó Mapelli.
Para el arzobispo venezolano de Mérida, Baltazar Porras Cardozo, resulta clave realizar un trabajo serio por recuperar sentido complejo de las culturas americanas, que tienen mucho para dar al mundo entero.
“La Iglesia ha tejido un diálogo con las culturas por siglos, el museo recoge algún fragmento. Habiendo vivido por un cierto período en México pensaba en lo que la Iglesia hizo con las poblaciones y las comunidades indígenas allí, en San Cristóbal de las Casas, para dar un ejemplo”, afirmó asimismo el cardenal Giuseppe Bertello.
“Se trata de un trabajo que nos quiere hablar del diálogo entre las culturas y la civilización”, agregó el actual presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano y nuncio en México entre 2000 y 2007.
rqm